Agentes de la Policía Nacional. Archivo
Agentes de la Policía Nacional. Archivo - ABC

Medio centenar de detenidos en una operación contra una mafia «revienta-pisos» georgiana

El jefe de la trama, Zviad Darsadze, dirigía la organización con mano de hierro

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La Policía ha puesto en marcha, a primera hora de la mañana de este viernes, una importante operación contra una peligrosa mafia georgiana especializada en el robo de viviendas habitadas. Aunque la organización tenía su base de operaciones en Madrid y Valencia, las distintas células de la organización actuaban en todo el territorio nacional, especialmente en las dos comunidades citadas, el País Vasco y Madrid.

La operación es el resultado de meses de investigaciones que comenzaron los agentes de la Brigada de Policía Judicial de Madrid y a las que luego se sumaron la Udyco y la UDEF de la Comisaría General de Policía Judicial. El «vor» (jefe) de la trama mafiosa es un viejo conocido de los especialistas en crimen organizado, Zviad Darsadze, quien reside en la localidad madrileña de Alcobendas. Este individuo dirigía con mano de hierro la organización, donde su palabra era ley.

La trama se estructuraba en células que, siguiendo las instrucciones del capo, actuaban en distintas zonas de España. Los autores materiales de los robos no se quedaban con el botín ni con el dinero obtenido por la venta de joyas y otros efectos que obtenían en los asaltos. Por el contrario, lo tenían que aportar a la «obschak» (caja común) de la organización, que por supuesto controlaba el jefe. A cambio, ellos recibían un salario.

Hay que destacar que los criminales contaban en la capital de España con establecimientos de compra venta de oro y fundiciones para fabricar lingotes de oro. De hecho, entre los implicados están los responsables de estos locales, que conocían perfectamente el origen ilícito de las alhajas.

El funcionamiento de la mafia desmantelada seguía los patrones de actuación de los grupos mafiosos procedentes de países de la antigua Unión Soviética, incluida la presencia de la citada «obschak», cuyos fondos eran distribuidos por el jefe entre sus hombres o sus familiares, en el caso de que éstos fueran detenidos.

Además de pertenencia a organización criminal y los asaltos a las casas -se han esclarecido decenas de robos-, a los detenidos se les imputa también, entre otros, los delitos de blanqueo, fraude fiscal y tráfico de drogas.

La operación, que aún sigue abierta, es de gran complejidad por el número de objetivos a detener -en torno al medio centenar-, y las decenas de registros previstos, incluidos los de los locales de los receptores. Por ello han intervenido varios centenares de agentes que han practicado los arrestos de forma simultánea para evitar que alguno de los implicados pudiera eludir la acción policial por algún aviso inoportuno.

Zviad Darsadze contaba para dirigir su grupo criminal por cuatro individuos. Aunque no era habitual, alguna vez ha controlado sobre el terreno los asaltos a las viviendas, vigilando en el exterior para que nada fallase.

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