España aumenta su peso en la administración de la Unión Europea

La presencia e influencia de profesionales españoles en el trabajo de la Unión Europea ha crecido sensiblemente con el paso del tiempo y de manera especial en los últimos años, a pesar de que se hayan perdido algunos de los puestos más conocidos.

España, que llegó a tener en distintos momentos a varios presidentes del Parlamento Europeo, a Javier Solana como Alto Representante para la Política Exterior de la UE y a José Manuel González Páramo como miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), tiene centradas sus esperanzas en lograr el puesto de presidente del Eurogrupo para Luis de Guindos, cuando, en junio, venza el mandato del holandés Jeroen Dijsselbloem. Pese al anunciado apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, al ministro de Economía español, el Gobierno tendrá que pelear duramente para evitar que Dijsselbloem sea reelegido como pretende.

Mientras, España ha consolidado su presencia en bastantes organismos de las instituciones europeas, donde tiene un 8,2 por ciento del total de puestos de máxima responsabilidad, por encima de lo que correspondería, que sería un 7,38 por ciento, según los porcentajes establecidos por la Comisión Europea para los distintos países.

De los 38 directores generales de la Comisión dirigida por Jean Claude Juncker, cuatro son españoles: Luis Romero, del Servicio Jurídico; Xavier Prats, de Educación y Cultura; Daniel Calleja, de Empresa e Industria, y Nadia Calviño, de Presupuesto. Calleja, por ejemplo, está considerado como uno de los funcionarios más influyentes en sectores de innovación.

Por su parte, Nadia Calviño ha recibido numerosos elogios por el brillante trabajo que hizo durante la pasada legislatura al frente de un sector tan complicado durante la crisis como los servicios financieros, después de haber puesto en marcha la unión bancaria con el comisario Michel Barnier. Su nombre ha sido apuntado ya como posible candidata a ocupar en 2018 el puesto que España perdió en el BCE, cuando se jubile el hoy vicepresidente, el portugués, Víctor Constancio.

En el Servicio Europeo de Acción Exterior, España es el tercer Estado miembro con más diplomáticos nacionales (24), sólo por detrás de Francia (37) y Reino Unido (25) y por delante de Alemania (22) e Italia (18). Muchos diplomáticos españoles han orientado su carrera hacia las Delegaciones de la UE en el mundo y así hoy, únicamente Francia tiene más «embajadores europeos» que España.

En el propio equipo de la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, hay también varios españoles, el de mayor nivel, Luis Felipe Fernández de la Peña, director general para Europa y Asia Central. Además, Mogherini nombró hace escasos meses a Jorge Domecq, director de la Agencia Europea de Defensa.

Dos españoles en el Consejo

Por lo que hace al Consejo, el número de españoles que hay en puestos directivos, también supera al que le correspondería por cuota, y tiene dos de los ocho directores generales de la Secretaría General: Rafael Fernández-Pita, de Asuntos de Justicia e Interior (JAI), y Ángel Boixaneu, de Agricultura, Pesca, Sanidad y Asuntos Sociales.

En el Parlamento no hay ningún eurodiputado español en la presidencia de una comisión importante, porque el Grupo Popular prefirió utilizar todas sus opciones concentradas en conseguir un puesto de vicepresidente de la Cámara, que ocupa el expresidente murciano, Ramón Luis Valcarcel. Sin embargo, otro español, Jaume Duch, es el portavoz institucional de la Eurocámara, que conoce muy bien desde hace muchos años.

En otras instituciones cuatro españoles son secretarios generales: Eduardo Ruiz, del Tribunal de Cuentas; Alfredo Calot, del Tribunal de Justicia; Luis Planas, del Comité Económico y Social, y Alfonso Querejeta, del Banco Europeo de Inversiones.