Dos prostitutas acusadas de matar a un empresario a quien drogaron para robarle

La Policía no descarta la posible connivencia de los encargados del establecimiento

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Agentes de la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Maspalomas (Gran Canaria), detuvieron el pasado 1 de marzo a Sandra E.M., de 33 años y nacida en Madrid; y de Victoria K., de 28 años y nacionalidad rusa, dos prostitutas acusadas de la muerte de un empresario belga al que suministraron burundanga (una droga altamente tóxica) para robarle.

Así lo informa la Jefatura Superior de Policía de Canarias, que agregó que se les acusa de esta manera de ser las presuntas autoras de un delito de homicidio, otro de lesiones y otro de robo con intimidación.

Los hechos sucedieron la madrugada del 24 de febrero, cuando la víctima, Philippe Vandendorpe, un famoso empresario belga, en compañía de otros cuatro amigos pertenecientes a un equipo ciclista aficionado que había acudido a la isla a entrenar, fueron a cenar al local de ocio nocturno Red Hot.

En este sentido, cuando se encontraban en el interior del local, las dos prostitutas se acercaron al fallecido y a un amigo de este, para realizarles los shows que se ofrecen en el local mientras los mismos tomaban una consumición.

Poco tiempo después, Philippe comenzó a sentirse gravemente indispuesto, teniendo que ser asistido por una ambulancia en el propio local y trasladado al Centro de Salud de Maspalomas, donde finalmente falleció.

A dicho centro de salud había acudido también uno de los amigos del fallecido, Mario B., el cual mientras esperaba noticias de su amigo comenzó a sentirse indispuesto, mostrando los mismos síntomas que previamente mostró el fallecido.

El hombre fue derivado al Hospital Insular donde, gracias a un lavado de estómago, salvó su vida. En los análisis toxicológicos que se le realizaron en el Hospital se encontró restos de escopolamina -burundanga-, así como otras sustancias que actualmente se encuentran analizando

La Policía no descarta la posible connivencia de los encargados del establecimiento ya que las actividades ilícitas de las presuntas autoras materiales reportaban notables beneficios a ellas y al negocio, puesto que una vez la burundanga es suministrada, anula la voluntad de las personas, momento en que aprovechan para realizar cargos económicos bien en efectivo o mediante el pago con tarjeta.

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