¿Qué es para mi Cataluña?

«Si desapareciera el Estado la Justicia iría a peor»

La secesión supondría una reducción drástica del ratio opositores-plazas ofertadas, y eso redundaría en una peor preparación de los futuros jueces

La situación de los jueces catalanes se complicaría con la independencia
La situación de los jueces catalanes se complicaría con la independencia - Matías Nieto Koenig

Miquel Roca exponía que el Estado era demasiado grande para solucionar problemas pequeños y demasiado pequeño para solucionar los grandes. La frase de Roca exponía un serio prejuicio contra el Estado. Podría afirmarse con idéntica validez científica el mismo aserto, pero poniendo en la diana a las comunidades autónomas.

He sido fiscal sustituto y, en la actualidad, funcionario judicial. No conozco a ningún juez, fiscal, secretario judicial o funcionario que afirme que las transferencias de Justicia a la Generalitat hayan mejorado el servicio, sino todo lo contrario. Son muchos los veteranos que añoran el Ministerio de Justicia. Entre el personal judicial es un lugar común la creencia de que las fuerzas estatales son más fiables y cumplidoras que la autonómica, especialmente en la lucha contra la corrupción. Generalización injusta, pero es la que existe.

Me temo que si desapareciera el Estado la Justicia iría a peor. Casi toda la corrupción anida en las administraciones locales y autonómicas, las que gestionan más servicios y a menor nivel, y por tanto, donde más vericuetos hay por controlar, donde más conoce el político al empresario y al contratista, donde más militantes se pueden enchufar y donde más favores y complicidades se pueden comprar. Sonrojo provoca recordar la retahíla de corruptelas en los restaños de la Generalitat. Esta tiene instrumentos de control (Sindicatura de Comptes, Mossos d´Esquadra, Oficina Antifrau…). Ninguno ha sido noticia contra la corrupción, y sí la UDEF, la Guardia Civil, la Fiscalía, la Agencia Tributaria y los Juzgados. Me echo a temblar de pensar que todos los poderes se concentren en la Generalitat. Gestión y control en las mismas manos. Miedo da.

A la vista de en qué ha convertido el nacionalismo a Cataluña me preocupa la total concentración de poder en un solo nivel territorial. Otros aspectos de la gestión judicial empeorarían. En Cataluña hay poca tradición opositora. La secesión supondría una reducción drástica del ratio opositores-plazas ofertadas, y eso redundaría en una peor preparación de los futuros jueces.

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