Informe de competitividad regional

Andalucía necesita un Bill Gates

Los moderados progresos económicos de la región en la última década no sirven para sacarla del atraso secular ni de la penúltima posición en España

E. Freire

Andalucía ocupa el puesto 16 en el ranking de la competitividad regional de España , casi homologada con Extremadura, de la que solo la separan tres décimas, según el índice que elabora el Consejo General de Economistas. En esta escala, el 0 sería la peor posición y el 14,5, donde se sitúa Madrid, la mejor. Andalucía está en el 4,8, con lo que es tres veces menos competitiva que la comunidad madrileña.

Esta es la foto de 2018 — la última publicada— y puede compararse con la que el órgano representativo de los economistas colegiados de España hizo en 2008. A lo largo de esta década, Andalucía ha avanzado ocho décimas en competitividad; de un índice 4 ha pasado al 4,8, pero sigue estando en la penúltima posición de la tabla regional.

Los economistas analizan siete ejes para elaborar el Índice de Competitividad Regional (Icreg) : entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación. Andalucía ha mejorado en cuatro de estos ejes a lo largo de la década: su entorno económico ha adelantado desde un 4,3 a un 5,6. Esta variable cruza los datos de PIB, renta per cápita, inversiones, productividad o tasas de ocupación y de ahorro, entre otros. También avanza significativamente en capital humano (duplica el índice del 3,4 al 6,6).Aquí se miden los ocupados con estudios superiores, la tasa de abandono escolar, viviendas con ordenador, el nivel formativo de la población o la esperanza de vida.

Andalucía es tres veces menos competitiva que Madrid, según el índice del Consejo General de Economistas

La eficiencia empresarial es otro índice que se ha acelerado ostensiblemente en Andalucía al pasar del 8,6 al 12,1. Refleja el peso industrial, el tamaño de las empresas, los costes laborales unitarios o las exportadoras regulares, entre otros. También en innovación la comunidad autónoma es hoy mucho más competitiva que en 2008, con un índice del 7,7 frente al 3,68. Más investigadores por número de habitantes, más patentes, más gasto en I+D y más conexiones de banda ancha son las variables que reflejan la potencia innovadora.

Hay otro eje, el de infraestructuras básicas , en el que, pese a lo que podría parecer, Andalucía casi no se ha movido de la misma posición que hace una década: del 2,17 al 2,12. Aquí no sólo cuentan el AVE o la autovía del 92.Al ser una región tan grande, hay zonas rurales mal conectadas por carretera o ferrocarril, que hacen caer este índice. Los tráficos de mercancías, la inversión en protección ambiental o el tráfico aéreo también influyen en la nota agregada.

Por su parte, la peor evolución la registran el mercado de trabajo , cuyo índice baja del 5,6 al 4,4 y está relacionado con la tasa de paro, la temporalidad, el desempleo juvenil o el porcentaje de «ninis»; y el entorno institucional , que pasa del 17,5 al 14,3 desde el año 2008. Este último eje se refiere, entre otros, al esfuerzo fiscal, la desigualdad, la transparencia, el saldo de las administraciones públicas o la densidad de los delitos.

«En ningún parámetro está bien posicionada Andalucía ; otra cosa es que sea uno de los territorios que mejor se comportan a lo largo de la última década. El índice ha mejorado en torno al doble del promedio, pero las diferencias son tan abultadas que no se mueve de la penúltima posición», señala José Carlos Sánchez de la Vega, economista granadino , profesor titular de Economía Aplicada en la Universidad de Murcia y director técnico del informe .

El factor tiempo

«Estamos hablando de una realidad estructural díficil de cambiar a corto plazo. No es solo el caso de Andalucía, también Extremadura, Castilla La Mancha, Canarias y Murcia están enquistadas en las últimas posiciones; como también, por arriba, Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña y Aragón están reforzadas en las cinco primeras posiciones. Eso es muy difícil revertirlo en un breve plazo de tiempo. La posición de retraso en términos de PIB de las primeras es casi secular . Depende mucho de la estructura productiva, la dotación de infraestructuras o los niveles formativos. Las personas de más de 60 o 70 años en Andalucía tienen una formación muy elemental. Eso tira hacia bajo las medias. Y hasta que no se produzca la renovación generacional, va a lastrar más que en otros sitios», señala el economista.

¿Hará falta una revolución , un revulsivo imprevisto que empuje a Andalucía hacia arriba? «Yo muchas veces lo digo. Si viniera un Bill Gates que montara un Silicon Valley... Pero eso es difícil. Lo que hay que hacer es no rendirse. Intentar poner las condiciones para atraer capital y no generar trabas administrativas», apunta José Carlos Sánchez de la Vega.

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