Muere Alfonso Cortina, el expresidente de Repsol que internacionalizó la compañía

El empresario, que también fue dirigió la inmobiliaria Colonial, falleció a causa del coronavirus

Ernesto Agudo

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Alfonso Cortina, que fue presidente de Repsol entre 1996 y 2004, falleció hoy lunes en un hospital de Toledo donde llevaba ingresado varios días afectado por el coronavirus.

Madrileño, había cumplido los 76 años el pasado 13 de marzo. Llevaba casado cuatro décadas con Miriam Lapique y tenía dos hijos treintañeros, Felipe y Carlos. Este último trabaja en Capital Advisor, un fondo de capital riesgo de Londres dirigido por Borja Prado, expresidente de Endesa. Felipe creó en Nueva York una próspera marca de calcetines (Jimmy Lion).

Alfonso Cortina comenzó su carrera profesional en 1968 en el grupo del Banco de Vizcaya, primero como ingeniero jefe de los servicios técnicos del Banco de Financiación Industrial y, más tarde, como vicepresidente de la entidad. También estuvo al frente de la inmobiliaria Colonial al salir de Repsol y hasta 2006.

Donde alcanzó su cénit profesional fue en Repsol, petrolera que acababa de iniciar su privatización. Designado presidente de la misma a instancias de José María Aznar cuando este accedió a la presidencia del Gobierno, situó a la compañía en la Champions League del sector petrolero mundial. Sobre todo, tras la adquisición de la argentina YPF.

La complicada y novedosa entonces operación se desarrolló en dos fases: la primera, en 1998, cuando Repsol adquirió el 14,99% de YPF que estaba en manos del Estado argentino; la segunda, un año después, cuando la petrolera española lanzó una opa sobre el resto del capital que no controlaba. Repsol desembolsó en total unos 15.000 millones de dólares

Con esta operación, con la que la petrolera multiplicó su producción de crudo y sus reservas por cuatro, la compañía española dio un enorme salto en el sector a nivel internacional. A este «hito», como lo califica el entonces ministro de Industria y Energía, Josep Piqué, se sumaron importantes inversiones en EE.UU. África y hasta en Rusia.

Por medio dólar, adelante con la opa

Ramón Blanco, que fue su mano derecha en Repsol, recuerda una anécdota sobre esa operación que él vivió en Buenos Aires. «Los estatutos de YPF eran muy complicados y fijaban una fórmula para determinar el precio de una opa ligado al cierre de la Bolsa de Nueva York. El consejo de administración de Repsol había aprobado un precio para esa opa pero al cierre de Nueva York se filtró la operación y subió la cotización de YPF. Aquí, en Madrid, eran las diez de la noche y el precio de la acción superaba en medio dólar lo autorizado por el consejo de administración. Entonces, Alfonso Cortina dijo: "por medio dólar, adelante con la operación"».

Blanco, que conocía a Alfonso Cortina desde 1986 porque coincidía con la familia de su suegro los veranos en Bembibre, un pueblo de el Bierzo, ha mantenido contacto con su «presi», como todavía le llamaba, hasta los últimos días. «Nos escribíamos whatsapp porque no podía hablar por el respirador».

Ramón Blanco destaca de Alfonso Cortina que era un empresario, «lo que le diferencia del resto de presidentes de Repsol». Poseía una gran educación y su timidez le hacía vivir lo más alejado posible de los focos mediáticos, aunque no siempre podía conseguirlo ya que a veces se veía arrastrado por su hermano Alberto Cortina y su primo Alberto Alcocer, conocidos como «los Albertos», casados con las hermanas Alicia y Esther Koplowitz,

Blanco recuerda que Alfonso Cortina fue un hombre que «vivía para el trabajo» y que fue muy respetado en el seno de la compañia.

Josep Piqué afirma que Cortina asumió la privatización total de Repsol y que con la compra de YPF «la compañía dio un salto cualitativo», operación que contó con el apoyo de su Gobierno. «Discreto, muy concentrado en su trabajo, tenía un punto de ambición», dice el exministro, que recuerda haber vivido con Cortina momentos históricos en el sector, como la fijación de los precios máximos de los carburantes y la apertura del mercado de las bombonas de butano.

Pagos de Vallegarcía

Ramón Blanco apunta dos grandes aficiones que tenía Alfonso Cortina: el esquí y los viñedos. De hecho, el pasado invierno estuvo esquiando en la localidad suiza de Gstaad. También impulsó la gastronomía nacional con la Guía Repsol.

Aconsejado por Carlos Falcó, fallecido recientemente también por el coronavirus, se introdujo en el mundo del vino y creó la bodega Pagos de Vallegarcía, cuyos viñedos se sitúan en el corazón de los montes de Toledo, cerca del parque nacional de Cabañeros, una zona hasta entonces desconocida para la viticultura. Ha conseguido su propia denominación de origen y sus vinos bblancos tienen una gran reputación.

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