Las importaciones y el aumento de los costes exprimen a los citricultores españoles

Solo en Valencia, los productores de naranja ya estiman pérdidas de más de 150 millones

Recogida de la cosecha en Córdoba ABC

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Los productores de naranja española (navelina, salustiana y lane late), de la que se exportó el año pasado unos 1059 millones de euros, según el Ministerio de Agricultura, se enfrentan a una campaña para olvidar en la que se han dado cita dos circunstancias muy dañinas:el incremento de los costes de producción – AVA-Asaja estima que los agricultores valencianos soportaron unos sobrecostes económicos de 500 millones, de los que 300 millones vinieron del cultivo de cítricos – y las importaciones de países como Sudáfrica y Argentina, que pudieron introducir naranjas en suelo español y comunitario hasta el 30 de noviembre solapándose con el inicio de la campaña de naranja 2021/2022.

«Llegamos al mes de noviembre con mucha importación de Sudáfrica y Argentina que colapsó a los comerciantes, por lo que la cosecha que suele empezar más o menos el 1 de noviembre se retrasó casi un mes», comenta a ABC Nando Durà. Este productor, que es miembro de la ejecutiva de la Unión de Llauradors y Ramaders, añade que en Navidad se vieron «con toda la naranja sin recolectar» y recuerda que la gente, desesperada, «incluso la regalaba».

Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja)ponen cifras a esta situación:solo en el caso de la naranja navelina – la variedad más temprana que se recolecta entre noviembre y febrero – se estiman pérdidas superiores a los 150 millones de euros que suman 300 millones si se incluye toda la cadena de valor de los cítricos (confección, transformación...) dejando a más del 20% de los frutos sin recoger o tirados en el suelo.

Al hilo de todos estos datos el director de AVA-Asaja, Jenaro Aviñó, reconoce que «competir con esta fruta está siendo muy complicado» y advierte que «las próximas campañas se atisban problemáticas». En cualquier caso, el representante de Asaja rechaza tajantemente que estén alentando un boicot comercial y apuesta por la «reciprocidad». Es decir, que cumplan con las mismas condiciones comerciales y fitosanitarias que la naranja española. Un tema que planteó el ministro de Agricultura, Luis Planas , en el último Consejo de Ministros de Agricultura de la UE del pasado lunes. Planteó que se considere a los cítricos como producto «muy sensible» para futuras negociaciones comerciales y pidió a Bruselas que se obligue a Sudáfrica a aplicar un tratamiento de frío a sus exportaciones, para evitar la posibles plagas. En opinión de Aviñó, es necesaria «mayor promoción y formación al consumidor sobre los productos de proximidad», e incluso propone una marca ‘Unión Europea’ y lamenta que, muchos consumidores, se guíen por el «factor precio».

Ruinosa y nefasta

Según las lonjas de Valencia y Córdoba, la naranja navelina se paga entre 9 y 13 céntimos de euro por kg al productor, cuando un kilo cuesta de media producirlo 23 céntimos, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). Desde COAG calculan una revalorización del 1.550% entre el precio de origen (10 céntimos/kg) y el de venta (1,65 euros/kg).

Toda la situación anterior es extensible a zonas como Palma del Río (Córdoba). Juan Luis González, director general de Orange 3 y citricultor, califica esta campaña de «ruinosa y nefasta». En su opinión, el problema está en unos precios en origen «que no nos permiten cubrir los costes de producción» y pide reflexionar a la gran distribución. «Es una auténtica aberración que se vendan naranjas viejas de hace dos y tres meses recolectadas a más de 8.000 km», añade.

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