La formación entendida como un reto social y lúdico

Go4clic es una herramienta tecnológica que permite a los creadores de cursos o de contenido diseñar formaciones o cursos online gamificados

El equipo fundador de Go4Clic

ROBERTA SEBASTIANI

Los cursos online existían antes del Covid, pero ha sido la normalización y estandarización de los mismos lo que ha hecho a la mayoría caer en la cuenta de lo difícil que es mantener la atención de quienes se están formando a través de la pantalla de un ordenador. Sin embargo, y antes de que la pandemia llegara a nuestras vidas, los fundadores de Go4clic ya eran conscientes del reto que supone mantener el interés de la formación en línea.

Go4clic es una plataforma social de aprendizaje, es decir, una herramienta tecnológica que permite a los creadores de cursos o de contenido diseñar formaciones o cursos online gamificados. Según Leonardo Giménez, CEO de la startup, la plataforma «hace lúdico esos procesos de aprendizaje mediante retos» que el usuario debe ir cumpliendo para desarrollar su camino de formación. La resolución de estos desafíos se publica para que la puedan «visualizar todos los compañeros», quienes además pueden valorar la respuesta accediendo a métricas que hace disponible Go4clic. Así, quienes participan «tienen la mirada y la opinión de los compañeros», lo que permite hablar de un aprendizaje «multidireccional».

La plataforma ha encontrado el nicho de negocio para su herramienta principalmente en empresas que venden servicios de formación, como son las consultoras de recursos humanos, escuelas de negocio o instituciones educativas, entidades que deben cumplir y «superar las expectativas de sus clientes». Sin embargo, el proyecto no nació con ese objetivo. En el año 2018, Giménez, junto con Agustina De Nicola, Esteban Zozaya, Mauro Gallardo y Máximo Zarza, fundaron Go4clic, aunque el proyecto no echó a rodar hasta mediados de 2020, año en el que salieron al mercado. Al inicio, explica Giménez, la idea era centrarse en el mundo académico formal, como las universidades. «Lo que buscábamos era generar esa atracción de las personas hacia la formación, un espacio mucho más flexible que tomar un curso», explica el CEO. Sin embargo, la evolución del negocio no fue la esperada. Emprender tiene sus propios desafíos, pero en educación entran en juego otros factores: «Paradigmas, mucha opinión, muchas corrientes pedagógicas y mucho fundamentalista», reflexiona el directivo. Motivo por el cual descartaron este mercado y se acercaron a las empresas. «Estaban más abiertas a probar, a innovar. Tienen la necesidad de que las personas se formen de una manera efectiva y para eso necesitan implicarse, comprometerse con el proceso de formación y eso es lo que nosotros logramos», reflexiona Giménez.

La startup, que nació de forma paralela en Argentina y Barcelona, tiene un ambicioso plan de crecimiento con el que espera «multiplicar por tres la facturación del año», alcanzando los 400.000 euros. Entre sus planes para el ejercicio recién estrenado se encuentra realizar una ronda de financiación de 500.000 euros.

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