La construcción acabó 2019 en recesión, lo que no ocurría desde 2014

La inversión anual en el sector cayó un 3,49%, tras dos trimestres a la baja

Obra nueva en proceso de construcción EFE

Uno de los principales termómetros de la economía española antes del estallido de la burbuja inmobiliaria era la salud de la construcción, que llegó a representar más del 10% de lo que producía el país al año. Tras el ajuste, los años de vacas flacas y el posterior régimen que supuso la crisis , el sector ha menguado su peso a la mitad de lo que era antes, pero la recuperación que comenzó hace años parece que comienza a deteriorarse.

La construcción acabó 2019 en recesión, es decir, registrando dos trimestres consecutivos de destrucción de la actividad . Así lo reflejan los datos de contabilidad nacional, que recogen que el PIB del sector cayó en el tercer trimestre un 0,39%, un descenso que se agudizó en el cuarto al 1,72%, en cifras ajustadas de calendario y estacionalidad. El INE aún debe confirmar el dato de avance que publicó hace una semana, pero este recoge que en términos anuales del cuarto trimestre de 2018 al de 2019 la construcción se contrajo un 0,65%.

Desde el primer trimestre de 2014, cuando la economía española salía de la crisis, el sector no vivía dos trimestres consecutivos de destrucción de la actividad. Un fenómeno que también ha dado el salto a una menor inversión. La formación bruta de capital fijo en el sector lleva tres trimestres en negativo y en 2019 se desplomó un 3,49%. De abril a junio cayó un leve 0,001 %, pero este deterioro fue ampliándose al -0,3% del tercer trimestre y, sobre todo, de septiembre a diciembre, cuando se hundió un 3,48%.

Los datos del INE muestran que el frenazo no se está dando tanto en la vivienda, donde la inversión aumentó un 1,69% en el cuarto trimestre frente al anterior -y un alza del 3,5% en términos anuales-, sino en otros edificios (como oficinas, obra civil y demás ramas), rúbrica en la que la formación bruta de capital fijo se desplomó un 9,9% en el cuarto trimestre. Durante 2019, la inversión en otros edificios y construcciones se ha despeñado un 11,8%, acumulando cuatro trimestres en negativo.

Pero la caída de la actividad y de la inversión que refleja Estadística no es el único indicador preocupante que ha registrado el ladrillo en los últimos meses. El consumo de cemento ha caído y los visados de obra nueva se desplomaron un 25% en noviembre, aunque en el acumulado del año siguen registrando un crecimiento del 5,4%, hasta las 98.194 unidades.

Además de esta tormenta estadística, en el sector se mira con preocupación el goteo de concursos de acreedores producido en las últimas semanas. La última empresa en acogerse a esta fórmula ha sido Byco. La constructora del grupo Inberalia, que levanta viviendas para promotoras como Inbisa y Neinor Homes y cuenta con una plantilla de 400 trabajadores, solicitó el pasado viernes el concurso voluntario de acreedores ante los Juzgados de lo Mercantil de Bilbao.

La compañía achaca su situación financiera a la «crisis generalizada» que, según asegura, atraviesa el sector. «Hay empresas que están muriendo de éxito , pero no todas somos iguales», responden desde otra constructora en la que explican que, con la recuperación del sector, muchas empresas cerraron contrataciones a precios «demasiado ajustados». Por ello, el notable incremento de los costes producido en los últimos años se ha comido por completo los márgenes de buena parte del sector. Varias promotoras han reconocido que han tenido que dejar de trabajar con determinadas constructoras porque estas no podían hacer frente a los proyectos comprometidos.

Detrás de esta particular crisis se encuentra un encarecimiento de determinados materiales y, sobre todo, de la mano de obra cualificada. Faltan trabajadores (fontaneros, yeseros o encofradores) lo que ha disparado los costes laborales de estas empresas.

Estos datos aún no se han traducido en un menor ritmo del empleo en el sector. La EPA del cuarto trimestre arroja que el sector se comporte mejor que la media y aumentó su ocupación un 1,1% (14.000 puestos de trabajo creados), frente al 0,47% general. Eso sí, en todo 2019 si la economía española aumentó un 2,06% la ocupación, la construcción lo hizo un escueto 0,31% (apenas 4.000 empleos más). Los datos del Ministerio de Trabajo tampoco recogen un parón especialmente intenso en el sector: en enero, la afiliación en la construcción cayó en el mes un 1%, porcentaje pese a todo mejor al 1,4% de descenso del régimen general.

Un sector estigmatizado

Promotoras y constructoras, sin embargo, alertan de los problemas para contratar. Según estas empresas, el estallido de la burbuja y la posterior crisis económica generaron un estigma en torno al empleo en la construcción que todavía hoy se mantiene. Por tanto, no existe un relevo generacional en las obras, donde muchos profesionales ya están en edad de jubilación.

Las empresas del sector llevan años advirtiendo de esta situación. Pero es ahora cuando el incremento de los costes laborales están haciendo mella en los balances de pequeñas y medianas constructoras. Esta circunstancia ha llevado a las promotoras a reforzar su inversión por la industrialización, sobre todo en el ámbito residencial.

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