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Biden supera los 270 votos electorales, pero ¿qué depara el futuro?

Colin Moore, director Global de Inversiones de Columbia Threadneedl, reflexiona en este artículo sobre los efectos de la victoria de Biden en la economía. Recuerda que los cambios de políticas pueden afectar significativamente a

sectores concretos y generar ganadores y perdedores

Si bien el recuento de votos no ha terminado, parece que Joe Biden se ha asegurado los 270 votos electorales necesarios para convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos. La combinación de un estrecho margen de victoria y la posibilidad de que los republicanos conserven el control del Senado podría repercutir en las futuras políticas de la nueva administración.

Aunque el resultado todavía no es oficial, las agencias de noticias apuntan a Joe Biden como presidente electo. Puede que los medios de comunicación estén en lo cierto, pero el desenlace de la carrera presidencial y de la batalla electoral por el control del Senado sigue siendo incierto debido a los recuentos, los desempates y los desafíos jurídicos pendientes. Esperamos una mayor claridad en los próximos días, pero, en cualquier caso, el resultado no será oficial hasta que el Colegio Electoral se reúna el 14 de diciembre.

Supongamos, pues, que Biden se alza con la presidencia y que los republicanos mantienen el control del Senado, una posibilidad que no sabremos con certeza hasta que se celebre una segunda vuelta (elecciones de desempate) en Georgia a principios de enero. Cabe destacar que si los republicanos solo retienen 50 escaños, entonces el voto de calidad del vicepresidente adquiere aún más importancia.

Mitigar el impacto de la pandemia de la COVID-19 en la economía estadounidense y en los ciudadanos más perjudicados será el principal desafío para Biden y su equipo. Conforme dejamos atrás el dramatismo electoral, resultará crucial que los líderes vuelvan a negociar programas capaces de apoyar a las personas, las compañías y los municipios más afectados por el virus. Dada la mayor posibilidad de un Congreso multipartidista (una Cámara de Representantes demócrata y un Senado republicano), el tamaño del paquete de estímulos probablemente será más reducido, aunque suficiente.

Colin Moore, director Global de Inversiones de Columbia Threadneedle

Habida cuenta del retraso en la aprobación de una segunda ronda de ayudas, resulta aún más apremiante la necesidad de actuar rápidamente y centrar el apoyo en los más necesitados. En la primera ronda, la velocidad fue crítica, aunque, visto en retrospectiva, el apoyo se distribuyó para demasiados fines. La sesión del Congreso saliente (conocida como «sesión del pato cojo») ofrece una oportunidad para aprobar ayudas específicas adicionales.

Un gobierno dividido podría limitar la capacidad de Biden para introducir cambios. Los demócratas esperaban una «marea azul» (color del Partido Demócrata), lo que les habría permitido controlar las ramas ejecutiva y legislativa del gobierno, pero ese escenario no parece haberse materializado. La situación de «pato cojo» no significa que nada ocurrirá, sino más bien que resulta poco probable que, salvo las ayudas relacionadas con el coronavirus y la ampliación de una «resolución continua» (CR) para autorizar la financiación del gobierno federal, apenas habrá nuevas iniciativas durante este corto periodo.

Efectos en los mercados

Para muchos inversores, un gobierno dividido es el resultado más favorable. En mi opinión, las elecciones y los posteriores cambios de políticas no suelen afectar la dirección a largo plazo de las medias del mercado, puesto que no suelen alterar drásticamente la forma en que la economía general funciona. No obstante, las políticas pueden afectar significativamente a sectores concretos y, a su vez, generar ganadores y perdedores. Por ejemplo, los posibles cambios en las políticas de atención sanitaria podrían influir en las actitudes de los inversores con respecto a los hospitales y los valores farmacéuticos en diferentes direcciones.

Un gobierno dividido podría limitar la capacidad de un presidente o un partido político para adoptar algunas de sus ideas más radicales. Si Biden asume la presidencia con un Senado republicano, sus propuestas de aumentar los impuestos para las empresas y los estadounidenses más acaudalados o hacer mayor hincapié en la regulación afrontarán un camino más tortuoso. Esto no significa que los impuestos no subirán, pero podría llegarse a un compromiso más moderado, es decir, un aumento del 25% en lugar del 28% propuesto.

Sospechamos que un gobierno dividido también incidiría en las posibles propuestas de la administración de Biden relativas a los impuestos sobre transacciones financieras, bienes inmuebles y seguridad social. Dado el aparente apoyo de los dos partidos al denominado «impuesto de deslocalización» (offshoring tax), un gobierno dividido no implicaría cambio alguno.

La conclusión de las elecciones permitirá a los líderes electos centrarse en la importante tarea de concebir nuevas ayudas para aliviar el daño económico provocado por la pandemia, y podríamos asistir a un periodo de volatilidad hasta que eso ocurra. Si bien Biden se acerca cada vez más a la Casa Blanca, su capacidad para adoptar algunas de sus propuestas políticas podría verse limitada por un gobierno dividido. En cualquier caso, creemos conveniente que los inversores sigan centrándose en sus objetivos a largo plazo.

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