Matthias Müller ha sido elegido nuevo presidente de Volkswagen
Matthias Müller ha sido elegido nuevo presidente de Volkswagen - efe

Volkswagen reorganiza su cúpula para «devolver la confianza en el grupo»

La marca VW identifica cinco millones de vehículos con el sistema fraudulento

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El hombre que enfrentará la ímproba tarea de sacar a la principal automotriz de Europa de la peor crisis de su historia tiene nombre y apellido: se llama Matthias Müller y fue nombrado ayer presidente del grupo Volkswagen (VW) por el consejo de supervisión de la firma, integrado por 20 miembros.

Müller era hasta ahora el máximo responsable de Porsche, fabricante de lujosos autos deportivos y parte del consorcio VW. Aunque no es ingeniero industrial -algo hasta ahora considerado condición «sine qua non «para ejercer la presidencia en VW-, este informático ha dicho que asume el puesto «con toda la fuerza» y promete «transparencia total» en la gestión.

Le toca reemplazar al otrora poderosísimo Martin Winterkorn, que había quedado en el ojo del huracán en los últimos días tras descubrirse en EE.UU.

que VW instaló un «software» que falsea los datos de las emisiones contaminantes (óxido de nitrógeno) en sus autos diésel. De nada valieron las disculpas del alto ejecutivo en vídeo que se conocieron esta semana. Winterkorn se marchó con más pena que gloria tras presentar su renuncia el miércoles pasado.

El programa es tan sofisticado que permite que estos modelos pasen pruebas de laboratorio con niveles de contaminación entre 10 y 40 veces inferiores de lo que producen en las rutas. Sin embargo, en Estados Unidos se realizaron pruebas al respecto en las carreteras y con los autos en movimiento, lo que llevó a la automotriz a tener que admitir las manipulaciones.

El golpe ha sido tan contundente que las acciones de VW se han derrumbado un 28,06% desde el viernes de la semana pasada. Mientras tanto, a la espera de que la firma publique la lista definitiva, informó de que cinco millones de vehículos de su marca principal (Volkswagen) están afectados. En concreto, los modelos, por ejemplo, Golf de sexta generación, el Passat de séptima generación y la primera generación del Tiguan. Matizo, asimismo, que todos los automóviles de la marca Volkswagen que cumplen la normativa europea EU6 no están afectados, lo que incluye los nuevos modelos del Golf, Passat y Touran.

«Déjeme decir una cosa: en ningún momento la seguridad de nuestros vehículos o de nuestros clientes estuvo amenazada -declaró Müller en una conferencia de prensa tras asumir el puesto-. Mi tarea prioritaria será recuperar la confianza en el consorcio Volkswagen a través de un esclarecimiento implacable y una transparencia máxima. Pero también sacar las enseñanzas correctas de la situación actual. En mi gestión, VW hará todo lo posible para desarrollar e implementar los estándares de conformidad y gobernanza más severos de todo el sector». Agregó que si todo esto se logra, VW «tendrá la oportunidad de salir fortalecida de la crisis en el largo plazo, de la mano de sus fuertes marcas y de su personal competente y altamente motivado».

Viraje repentino

El viraje alcanza a los cimientos de la cúpula directiva de la multinacional germana. Para dotar de mayor agilidad y peso a las marcas (Volkswagen, Seat, Audi, Skoda, Porsche, Bentley, Bugatti, Lamborghini, Ducati, Scania y Man) ha consolidado a Porsche como un grupo autónomo que integrará las firmas deportivas. Al frente de este se encontrará el propio presidente ejecutivo del grupo. La plataforma de las enseñas Audi (Lamborghini y Ducati) seguirá como hasta el momento, con Rupert Stadler al frente, al igual que el de vehículos pesados, con Andreas Reshchler. Por su parte, las marcas de Volkswagen, Seat y Skoda dispondrán cada una de un representante en el consejo de administración. Encabezando esta división se encontrará el anterior directivo de BMW, Herbert Diess.

Más allá de lo que finalmente suceda en el largo plazo, el panorama inmediato es muy desalentador. VW ha admitido que hay 11 millones de autos manipulados en todo el mundo, de los cuales 2,8 se encuentran en Alemania, según avanzó el propio ministro de transportes alemán, Alexander Dobrindt, en su comparecencia en el Bundestag.

El responsable de la cartera ministerial subrayó que entre los automóviles fraudulentos se encuentran los turismos en los que se ha ensamblado el motor EA 189 de 1,6 litros y 2,0 litros, así como como diversas furgonetas. Llamarlos a revisión para solucionar el problema puede suponer costes ingentes, mientras se habla de que la empresa deberá hacer frente a multas multimillonarias en distintos países por infringir las normas ambientales.

Por lo pronto, la empresa ya ha provisionado 6.500 millones de euros para intentar solucionar el escándalo que parece no tener fin. De hecho, Noruega se agregó a la lista de países que están investigando a Volkswagen, con Corea del Sur y EE.UU. a la cabeza, que ya ha advertido de que hará pruebas adicionales para detecar el polémico sistema.

Mientras tanto, la compañía trata de acotar las responsabilidades. En un comunicado, la compañía señaló que ha iniciado una investigación para aclarar la manipulación de datos de las emisiones e identificó a los responsables del problema como «algunos empleados», que serán suspendidos «de forma inmediata». De manera vehemente, calificó el incidente de «desastre moral y político» y anunció que habrá represalias: «No hay absolutamente ninguna excusa para las manipulaciones que tienen profundamente conmocionado Volkswagen. La compañía va a llamar a cuentas a los responsables y tomar las acciones necesarias». La sensación es que con las primeras destituciones en el comité ejecutivo la purga interna acaba de comenzar.

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