Establecimiento de la multinacional norteamericana
Establecimiento de la multinacional norteamericana - afp

La Comisión Europea estrecha el cerco a Starbucks en Holanda

La exposición de otros casos sirve para reducir la presión sobre Juncker

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La Comisión Europea tiene sospechas muy evidentes de que la multinacional norteamericana Starbucks se ha beneficiado del sistema fiscal holandés para pagar menos impuestos y ha obtenido con ello una ventaja sobre otras empresas competidoras. La investigación que ya empezó el departamento de Competencia en tiempos de Joaquín Almunia, en la anterior Comisión Barroso, toma fuerza en un entorno político que beneficia al actual presidente, el luxemburgués Jean-Claude Juncker al poner en evidencia que los problemas con los favores fiscales a las multinacionales no se producen únicamente en Luxemburgo, sino que son una verdadera epidemia en la UE.

La Comisión ha descubierto la artimaña utilizada por Starbucks para ahorrarse el pago de millones de euros en impuestos, a base de vender a sus propias tiendas repartidas por otros países de Europa los «derechos de autor» de la receta que utiliza para tostar el café, como si fuera el secreto más importante del mundo.

Holanda dio por bueno en 2007 este esquema por el que la subsidiaria basada en Ámsterdam transfería fondos a otra subsidiaria británica en concepto de pagos por el uso de la fórmula del tueste. De esta manera, Starbucks Holanda podía reducir a prácticamente cero su base impositiva

El resultado preliminar de la investigación de la Comisión desvelado ayer en Bruselas pone de manifiesto que Starbucks Manufacturing EMEA BV, basada en Holanda, compra los granos a otra filial, ésta basada en Suiza, que a su vez ha importado ese café desde otras partes del mundo. La subsidiaria holandesa tiene como misión tostar el café siguiendo la célebre y exclusiva receta y luego venderlos a las tiendas de la cadena, que elaboran los cafés que se sirve al público.

La holandesa transfiere esos ingresos por «derechos de autor» a la subsidiaria británica, Alki LP, que es una compañía registrada comercialmente en Reino Unido pero que, por razones que la Comisión desconoce, no paga impuestos allí. El esquema podría haber servido, según fuentes de la Comisión, para que Starbucks se hubiera ahorrado una buena cantidad de dinero cifrada «en millones, no en cientos de millones» cada año, lo bastante para considerar que si ha supuesto una ventaja competitiva respecto a otros negocios del sector, esas cantidades deverían ser devueltas al fisco holandés. Por ahora, la investigación se centra en Holanda y en la parte minorista del negocio, la Comisión no ha entrado en el hecho de que la rama británica no pague impuestos ni se supone que puede encontrar una cuestión de competencia en un inexistente negocio de los derechos de autor por la fórmula del tueste del café.

Lo que la Comisión tiene cada vez más claro es que se trata de un montaje ficticio, porque el valor que se da a esa receta ha ido cambiado cada año, «no está ligado al valor de la propiedad intelectual en cuestión».

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