Entrevista

Pablo Santurde: «Ojalá tuviéramos en España lo que hay en Francia»

«Me gustaría hacer una The Ocean Race, pero no es fácil encontrar equipo»

Dury Alonso

En las regatas oceánicas no todo es competición, lograr el mejor resultado, tener el mejor barco, hay otros factores que juegan un importante papel como el conocimiento, experiencia y temple del patrón.

Durante la última edición de la Transat Jacques Vabre, celebrada durante el mes de noviembre, entre Le Havre y Fort-de-France (Martinica); la numerosa flota de 45 veleros Class40 ha mantenido una enconada lucha en las 4.600 millas náuticas sobre el recorrido desde el día de la salida el 7 de noviembre de 2021.

La victoria en Class40 fue la tripulación franco-española Antoine Carpentier y Pablo Santurde a bordo del «Redman», que invirtieron 21 días 22 horas 33 minutos y 30 segundos a una velocidad media de 8,70 nudos; una hora más tarde (1 hora 4 minutos y 8 segundos) llegaría el segundo «Banque du Léman» y en tercera posición «SeaFrigo» a 1 hora 38 minutos y 23 del primero.

Pablo Santurde, con solo 34 años, es uno de los pocos navegantes españoles que se codea con los mejores marinos franceses, que ha clausurado la temporada 2021 con una victoria en Class40 en la Transat Jaques Vabre junto al francés Antoine Carpentier.

Hemos lanzado una serie de preguntas a Santurde, un poco pensando en aquellos que aspiren a entrar en este exclusivo club de marinos, adentrándonos un poco más en las regatas de altura.

¿Cuántos años llevas en la vela oceánica?

La primera regata que hice fue con Gonzalo Botín, que fue entre Les Sables d’Olonne y vuelta en el año 2011, en ese momento tenía 24 años, así que llevo diez años participando en regatas oceánicas.

¿En la vela oceánica se es marino o navegante?

Es una mezcla todo porque cuando estás en regata te encuentras con dificultades del tipo que se rompa algo del barco, saber arreglarlas, un poco de electrónica para saber utilizar todos los instrumentos del barco, tienes que saber un poco de meteorología, incluso las maniobras porque en solitario no son fáciles; para todo eso necesitas ser un poco marino, pero cuando estás compitiendo necesitas ser navegante y regatistas. Es una mezcla de las dos. En tierra, en concreto en Francia, hay de todo. Es como un estatus. Las cosas están cambiando un poco, antes había mucho marino y ahora, cuando ves a patrones que están llegando del Figaro, gente joven que va a tope, incluso de la vela olímpica, tienen las dos facetas. Creo que cada vez hay más regatistas y navegantes, que a la vez se hacen marinos.

¿Qué le diría una escota a una driza?

¡Buenas preguntas (sonrisas)! Quizá la driza le diría a la escota suelta un poco si no hay quien me tense a mí. Buena pregunta, no sé si se hablan entre ellas mucho.

¿Y una burda a un obenque?

¡Uff!, pues igual, la burda es la salvadora del obenque, como no haya burda se va para abajo todo.

¿Cuántos cabos hay a bordo de un Class40?

Jajaja, en metros no lo sé, pero hay muchos cabos a bordo de un Class40 hay una seis o siete drizas, y en escotas otras tantas. Hay un buen piano, lo que pasa que las drizas de proa la mayoría están en el mástil, no están reenviadas a la bañera lo cual aclara más el piano porque sería un poco lioso; y sobre todo está pensado así cuando se hace las maniobras en solitario. Estos barcos están pensados para navegar en solitario, por ejemplo, las velas de proa se arrían en proa, se arrían desde el mástil donde también hay un winch.

¿Cuántas veces se lavan los dientes a bordo?

En esta Transat Jacques Vabre creo que he batido el récord de veces. Quizá una vez cada dos días, normalmente son menos veces (jajajaja), está mal que lo diga.

¿A bordo, agua embotellada o de la potabilizadora?

Hasta ahora habíamos utilizado potabilizadora, pero a bordo del «Redman» no teníamos potabilizadora porque está la discusión de siempre. Para utilizar la potabilizador necesitas llevarla a bordo, que pesa bastante, gasoil demás porque vas a consumir más energía; al final sigue siendo más interesante a nivel de peso, pero como el programa de Antoine para el próximo año está pensado para navegar en solitario, pues nosotros en esta ocasión llevamos agua embotellada.

¿En una regata Transat, ayudan las estrellas del firmamento para navegar?

Ayudan mucho porque si el cielo está despejado, como estas en medio del mar no hay contaminación lumínica, es muy fácil buscar una estrella para tomarla como referencia para si poder mantener un rumbo, que a bordo tienes en bañera pantallas de la electrónica con toda la información que quieras -rumbo, velocidad, intensidad viento, ángulo real del viento, etc.- pero ver un número de noche es bastante complicado; así que te buscas referencias con estrellas, con la luna -en esta ocasión tuvimos luna llena durante casi toda la regata, esta vez hemos tenido mucha suerte.

Una duda: ¿el barco se lleva con la caña o con las posaderas?

El barco se lleva un poco con todo, sientes el viento en la cara, sientes la escora del barco en el culo, sientes la presión que hay en las velas porque notas la escora del barco, con la vista observas las olas cuando vas surfeando. Y con el “culo” porque notas las cosas, la carga que tienen las velas y el barco. Obviamente lo llevas con la caña, pero tienes todos los sentidos puestos en navegarlo lo mejor posible.

¿Mejor tirar de la “manada” o ir pisándole la popa al primero?

Yo creo que es mejor tirar de la manada porque eso es lo que ya tienes ganado. En esta regata nos tocó el privilegio de pasar los primeros por Cabo Verde, y era el momento clave (se encontraban a 2.200 millas de la llegada en Martinica). Nosotros tuvimos que tomar una decisión estratégica para ser los primeros en tomarla y eso, a veces, estar detrás puede ser una ventaja, pero diría que prefiero estar delante todo el rato y ya veremos cómo nos apañamos, lo que puedas ganar de primeras bienvenido sea.

¿Al Golfo de Vizcaya por qué se le llama la “olla”?

Está en una situación geográfica a donde llegan muchas de las depresiones del Atlántico Norte, tiene una plataforma continental que se inicia en la costa francesa hacia el oeste, donde la profundidad cambia drásticamente de 100 metros a más de 4.000 metros en una distancia de unas 90 millas de costa. Lo cual crea una situación de la mar complicada cuando hay viento. Además, cuando hay viento fuerte lo que quieres es estar lejos de tierra, así tienes más capacidad de maniobra. Un golfo que siempre tiene costa a sotavento, lo peor que puedes encontrar con vientos del oeste porque tienes la costa francesa o con noroeste la costa española. Sí, sí, es un sitio complicado.

¿A bordo a que se va, a por anchoas o a por peces voladores?

A bordo yo prefiero las anchoas como buen cántabro, y además los peces voladores no me hacen mucha gracia. Sobre todo, cuando se quedan por alguna esquina en cubierta del barco huelen bastante mal cuando empiezan a descomponerse, y a mí no me hace mucha gracia. Me quedo con las anchoas.

¿Qué “baluma” es más inquieta entre todas las velas que tenéis a bordo?

Buena pregunta. Nosotros estamos muy contentos con las velas que hemos elegido para la Transat Jacques Vabre, gracias a una Transat que hicimos en enero en la cual ya pudimos ver los puntos fuertes y los débiles del barco. La verdad es que elegimos una buena configuración de velas, y además se hizo alguna vela nueva para esta regata. Es difícil de responder, yo estoy muy contento con las velas que llevamos; te diría que la del “tormentín” que no la usamos casi nada, o nada.

¿Hay guerra psicológica en una Transat?

Yo creo que no, quizás los días anteriores a la salida de la regata cuando te cruzas con los otros patrones se habla mucho de las condiciones que vamos a tener, de la meteorología…; hay algunos que no cuentan todo, muchos que se callan cosas…, pero durante la regata no. Tampoco nosotros no hemos tenido mucho contacto con la flota, nos hemos enviado algún que otro mail con otro barco, uno de los favoritos que al final no estuvieron muy bien en los resultados, pero intercambiamos muchos con ellos, muy amigables; y sobre el resto yo no he visto nada raro.

Si se diese la situación, en medio del mar, “y ahora me encuentro con un náufrago”.

De hecho, he leído que un IMOCA que estaba haciendo la travesía de vuelta a Francia desde Martinica después de la regata, se encontraron con un barco de vela que llevaba un año abandonado en el Atlántico. Desgraciadamente hay barcos que se han encontrado con pateras tanto en el Mediterráneo como cerca de Canarias. Debe de ser una situación bastante difícil de vivir, por suerte nunca nos ha pasado; si consigues salvar a personas que están en la mar a la deriva como naufrago debe de ser muy gratificante, pero creo que es un momento no muy agradable. En el transporte de vuelta del IMOCA «Nexans Art et Fenêtres» de Fabrice Amédéo, la tripulación a bordo se encontraron el pasado 5 de diciembre un velero abandona, intentaron ponerse en contacto a través del VHF, pero nadie contestaba, no había nadie a bordo o eso parecía. Pasaron el aviso a CROSS (Centro Regional de Operaciones de Vigilancia y Salvamento Marítimo) Gris-Nez, que se encuentra cerca de Calais y que se encarga de las operaciones internacionales de rescate, la cual también se puso en contacto con la Guardia Costera de los Estados Unidos (United States Coast Guard - USCG); así mismo desde Francia pasaron un aviso a los barcos que venían de vuelta desde Martinica para evitar tener una colisión. La tripulación del «Nexans Art et Fenêtres» reportaron la posición. Luego leí que era un barco Super Maramu de 52 pies, que hacía un año que lo habían abandonado por algún problema y que el armador lo estaba buscando.

¿Qué pesa más a bordo, la adrenalina o la dopamina?

¡Uff! La adrenalina es lo que te mantiene despierto cuando estás cansado, lo que te mantiene animado cuando las cosas no funcionan como te gustaría; la adrenalina de la competición es lo que realmente te ayuda a mantener la fuerza física después de tantos días. Comentabas que después del paso por isla de La Sal en Cabo Verde la regata pasó como a otro plano. Se pudo ver, a través del tracking en la web de la Transat Jacques Vabre, que la flota Class40 se movía, cambiaba de rumbo, con los roles de viento que evidentemente a vosotros os generaba tensión a bordo.

¿Qué otra regata te llamaría la atención por su estilo, de ver que tienes al rival a pocas millas, incluso metros?

A mi hay dos regatas en las que me gustaría mucho participar. Una de ellas es The Ocean Race, en sus inicios conocida como Whitbread Round the World Race y posteriormente Volvo Ocean Race, ya hemos visto que últimamente los barcos van realmente pegados; es como si estuvieses haciendo una regata costera en la bahía de Santander apretando los barcos al máximo, pero alrededor del mundo, y eso me llama mucho la atención.

Otra regata es la Figaro, que es en solitario, todas las etapas son aquí, en el Golfo de Vizcaya. Suelen participar unos cuarenta monotipos. Hay etapas en los que llegan treinta en cincuenta minutos después de tres o cuatro días de regata.

Yo he tenido la suerte de hacer alguna regata A Dos en los Figaro, te das cuenta de que es como hacer una regata barlovento – sotavento y que se ganan por una eslora. Hoy por hoy ambas regatas son las dos que me gustaría hacer. Para los franceses La Solitaire du Figaro es como una escuela obligada, y no es una regata en la que empiezan a competir porque hay patrones que llevan quince ediciones, diez, son figaristas ya de por vida. Hay patrones que la han ganado en varias ocasiones, y unos seis que acumulan tres victorias como Philippe Poupon, Jérémie Beyou, Michel Desjoyeaux, Jean Le Cam, Yann Eliès y Armel Le Cléac'h. Incluso grandes navegantes que ya han dejado atrás las vueltas al mundo se les puede ver en esta regata.

¿Qué representan los centros de alto rendimiento que tienen los franceses en la Bretaña para la preparación de regatas oceánicas, incluso se pueden ver patrones consagrados?

Yo he tenido la suerte de pasar un tiempo en Lorient, y allí hay un centro que se llama “Lorient Gran Large”. Salíamos al agua con un entrenador que se llama Tanguy Leglatin, que suele entrenar a los Mini650 Class40, Figaro, IMOCA. Sales a las ocho de la mañana, vuelves a las cuatro de la tarde y luego vas a un aula donde se habla de las velas que usaste ese día, con el PC portátil analizas la traza de la jornada. Y después igual te dicen: mañana viene a hablar de meteorología un meteorólogo para hablar de la próxima regata que se va a hacer. Lo tienen muy estructurado, ojalá tuviésemos algo parecido en España.

¿La trayectoria de Antoine Carpentier en la vela oceánica le viene de familia?

Pues Antoine ahora tiene 47 años, es un regatista que ya navegaba en la época de los trimaranes ORMA 60, tiene experiencia en los IMOCA 60, Figaro; ha hecho el clásico recorrido bretón, navegando en proyectos que él no lideraba, pero desde la Route du Rhum de 2018 ha intentado tener su proyecto y de momento lo está consiguiendo. Es la tercera Transat Jaques Vabre que gana, en 2019 en Multi 50, en 2017 en Class40 y en 2021 en Class40. Yo encantado de navegar con él, he aprendido muchísimo, ha compartido toda su experiencia conmigo, así que un placer. Su padre hizo una Route du Rhum hace tiempo, y su tío Patrick Carpentier hizo una Vendée Globe en 1989…

¿Y ahora que, te vas a esquiar o a pescar “anchoas”?

¡Jajaja! No, ahora me voy a Barcelona, tengo un entrenamiento con el Swan 50 «Tenaz». Estamos preparando la temporada que viene. La verdad es que es una clase fantástica. Con ganas de retomar, llevo un par de semanas en casa, se agradece un poco de descanso, pero al final lo que te gusta es navegar. Con los J80, estaré navegando en la bahía de Santander, donde hay una buena flota. Tenemos una buena tripulación, un buen grupo de amigos, me gustaría volver hacer el mundial el año que viene, si el calendario lo permite ahí estaremos.

Hay un navegante oceánico, que también compite en la clase J80, y me ha dicho que te ha enviado un mensaje al finalizar la Transat Jacques Vabre.

Sí, Javier de la Gándara. Me hizo mucha ilusión recibir ese mensaje, Javier Gándara obviamente es un referente en la vela española. Además, es curioso porque su J80 es un barco en el que yo he navegado mucho en Santander, casualidades. Y cuando me escribió fue ilusionante. Estoy deseando pasar por Galicia para compartir momentos con todos. Ya he visto que muchos gallegos nos han seguido durante la Transat, así que muy agradecido.

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