Puertas de hielo: qué son y cómo funcionan

Les Sables (Francia) Actualizado: Guardar
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Las puertas de hielo son puntos de paso obligatorio en el océano Austral para los participantes de la Vendée Globe. Su rol es muy claro: impedir que los regatistas bajen demasiado al sur a fin de limitar al máximo los riesgos de colisión con hielos flotantes. Su posición ha sido determinada durante el briefing con los patrones en Les Sables d’Olonne a mediados de septiembre, pero todavía puede ser modificada.

La edición 1996-1997 de la Vendée Globe marcó un antes y un después. La desaparición de Gerry Roufs y los naufragios de Raphaël Dinelli, Thierry Dubois y Tony Bullimore llevaron a los organizadores de la regata a adoptar medidas de seguridad adicionales. Se modificó la forma de los barcos y en la siguiente edición hicieron su aparición las puertas de hielo en los mares del sur. El rol de estas puertas es muy sencillo: impedir que la flota se acerque demasiado a la Antártida, algo que aumentaría considerablemente el riesgo de colisión con icebergs o growlers (hielos flotantes de menor tamaño, pero aún más peligrosos, porque son más difíciles de detectar).

El funcionamiento de estas puertas no es cosa de brujería. Una puerta de hielo es un línea entre dos latitudes en una misma latitud. La distancia entre estas dos longitudes es de unas 400 millas, el equivalente aproximadamente a una jornada y media de navegación. El recorrido comporta de cuatro a seis, incluso siete puertas, a una distancia de entre 800 y 2.000 millas entre sí. Para validar el paso por una de ellas, basta con pasar al norte de al menos uno de sus puntos. Se puede por tanto superar una puerta pasando de norte a sur, de sur a norte, o simplemente quedándose al norte de toda su extensión.

¿Cómo se define la posición de las puertas?

Para definir la posición de las puertas de hielo, la organización de la Vendée Globe trabaja  en estrecha colaboración con el CLS (Collecte Localisation Satellite), una agencia francesa cuyo oficio consiste en seguir barcos, tortugas, cetáceos, y también el hielo. “El rol del CLS es doble. Lo consultamos para saber dónde está el hielo y también para saber dónde vamos a poner las puertas. Para nosotros es un operador esencial”, asegura Denis Horeau, el director de regata.

La colaboración con el CLS se organiza así: “Establecemos con ellos un plan de trabajo para el seguimiento de los hielos flotantes, y lo encargan a los operadores canadienses y europeos que gestionan los satélites para un determinado número de pasos. Gracias a diversas tecnologías, intentarán, por una parte, ver dónde se ubican los hielos, y por otra, ver hacia dónde se moverán. Gracias a los programas meteorológicos y a los algoritmos de las derivas que utilizan, podemos determinar aproximadamente dónde se ubicarán el miércoles después del viernes los hielos que habíamos visto un lunes.” Además, “el CLS desplaza a un ingeniero al PC Regata en París que forma parte de nuestro equipo durante todo el periodo en que estamos en los mares del sur”, añade Denis Horeau.

Su posición puede evolucionar

“La posición de estas puertas no es  fija. Los días 10 y 11 de septiembre se hizo un posicionamiento previo, que evolucionará en función de la realidad de los satélites a partir de la salida”, explica Denis Horeau. La posición de una puerta puede ser modificada mientras el primer patrón de la flota no ha llegado a la puerta precedente. “Una vez que un competidor ha tocado una puerta, la siguiente queda fijada para todos”, precisa Denis Horeau.

Las puertas de hielo no son los únicos puntos de paso obligatorios para los participantes de la Vendée Globe. Las autoridades australianas han exigido que se establecieran puertas a lo largo de sus costas. “Los australianos han intervenido en diversos salvamentos durante la Vendée Globe y por esto piden que no pasemos demasiado lejos de sus costas”, confía Denis Horeau. Sea cual sea su función, estas puertas tienen todas ellas un objetivo común: preservar al máximo la seguridad de los patrones.

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