Ponga un Optimist en la Volvo y todos a Calanova

La Volvo Ocean Race, antaño Whitbread Round the World Race, era una grandísima regata hasta que desde Volvo tuvieron la infeliz idea de darle los mandos a Knut Frostad. Y pasa lo que pasa, cuando le das el timón de un “pedazo de maxi” a un skipper normalito tirando a malo, el barco no solo no es que no camina como debería, sino que tarde o temprano se estrellara contra una roca, partirá el palo, las velas o vaya usted a saber qué.

Desde que Knut tomó el timón de la regata, esta ha convertido en un colmo de despropósitos que ni él, ni la gran cantidad de colaboradores que le rodean siquiera se han planteado. Cada edición el número de barcos desciende; cada año hay más etapas con el consiguiente incremento de la cuenta de explotación de cada proyecto; cada edición es más descarado el control que los puertos de las etapas ejercen sobre el entramado organizativo y así me podría llevar escribiendo un año.

Pero en esta edición le ha colgado la “Laureada de San Fernando a la ineptitud” en la solapa de Knut. No se pueden cometer más errores, y no se puede ser tan torpe. Resulta que Zapatero y Knut son las únicas personas en el mundo que no saben que existe una crisis de padre y señor mío, y que la cosa no está para tirar mucho cohetes. En vez de resolver la regata con pocas etapas, cuatro o cinco a lo máximo, y volverla a sus orígenes que es cuando fue grande, Knut se empeña en hacer una “ginkana” de puerto en puerto en su parte final. Cuando como bien sabe, los puertos como Lorient se las están viendo y deseando para vender un stand que amortice los dineros que le pagan, y otros como el de Lisboa, directamente le ha dicho que no paga ni un euro mas.

Y no hablemos de la “paranoia” con la seguridad. Primero el show de los piratas con tal de ir a Abu Dhabi, ya que había mucha pasta por medio y había que garantizar a los dueños del Emirato la llegada de la flota, y para esto daba igual lo que pensaran patrones y tripulantes. ¿Cuánto ha costado la paradita de Maldivas? Al numerito de los piratas le acaba de unir el bochornoso espectáculo del retraso de la salida de China.

Esta actuación sirve para inhabilitarle eternamente como organizador de regatas. Se podía dedicar a organizar el Mundial de rallyes con los World Rally Cars, antes que una regata, ya que en esta actividad es cuando se toma la salida con diferencias de tiempo y no en la vela. Es tan malo organizando regatas, que se obsesiona con la seguridad y no tiene escrúpulos en que la flota haga una inshore extra de 45 millas, para determinar el orden de salida de la etapa. Ver para creer, exponiendo tanto a barcos como a tripulaciones a posibles accidentes o contingencias. O que hagan la inshore de cada etapa con los barcos cargados, cuando debería saber que estos modelos de barco no están habilitados para navegar esos recorridos en esas condiciones, tal como el diseñador Juan K. se encargo de pregonar durante la retransmisión de la costera de Abu Dhabi en TVE.

Hay que pedirle con fuerza al Sr. Frostad que no haga más el ridículo, que no desprestigie más a Volvo con una regata que no tiene ni pies ni cabeza. Como esto siga así, en vez de navegar en los barcos de 70 pies actuales deberíamos hacerlo en Optimist, eso si después de estar un mes aprendiendo a navegar como Knut quiere en la escuela nacional de vela de Calanova.