El drama de Kokkinakis: «Mientras dormía, dejé de respirar»

El australiano, de 24 años y frenado por las numerosas lesiones en su carrera, relata su calvario al pasar una mononucleosis

EFE

ABC

Thanasi Kokkinakis es el 237 del mundo y tiene ya 24 años, por lo que cualquier podría pensar que su carrera en el tenis no será como para recordar. Sin embargo, se trata de un talento estupendo que tenía una pinta bárbara cuando asomó en el circuito, un australiano irreverente con muchísimas aptitudes, pero al que las lesiones le han frenado continuamente.

Kokkinakis es de la generación de Nick Kyrgios , al que no hace falta presentar ya a estas alturas, y se escribieron cientos de pronósticos sobre él. Pero ha sufrido demasiados dolores en su cuerpo, tan castigado el hombre que hasta cuesta recordar cuando fue la última presencia de Kokkinakis en una pista. Para colmo, en los últimos meses ha pasado una mononucleosis que le ha dejado fuera de combate. Él mismo relata el calvario que ha sufrido con esta enfermedad, que le impidió disputar la segunda ronda del US Open de 2019 cuando le tocaba medirse con Rafael Nadal .

«Me dijeron que mientras dormía, dejé de respirar porque tenía la garganta muy inflamada». Fue, en boca del propio Kokkinakis, un camino de idas y venidas, pues cuando parecía que se recuperaba volvía a caer. «Perdí 10 kilos porque no podía comer, ahora estoy tratando de mantenerme en forma, tratando de estar cuerdo».

El drama se prolongó en el tiempo: «A finales de diciembre intenté volver a las pistas, antes de saber que algo andaba mal. Me quedaba sin combustible rápidamente, pero pensé que podría ser el incendio forestal con todo el humo que había y la calidad del aire de Australia. Empecé a tener mucha fiebre por las noches. Me cambiaba cuatro o cinco veces de camiseta durante la noche. La cama estaba empapada y cuando llegué a Melbourne, en cuanto empezaba a darle a la bola, me cansaba».

«Mi garganta me estaba matando», añade Kokkinakis, quien llegó a ser el 69 del mundo en 2015. «Sentía como si tuviera varias cuchillas de afeitar en la garganta así que fui al hospital de Melbourne. Regresé a Adelaida y la cosa se puso realmente mal, no pude comer y hasta luché para beber agua. Terminé en el hospital nuevamente. Ahora estoy mejor, me siento relativamente saludable, pero ha sido frustrante».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación