Masters 1.000 de Montecarlo

Alejandro Davidovich, el malagueño de origen ruso que ha frenado a Djokovic en Montecarlo

El español, de 22 años, fue campeón júnior en Wimbledon en 2017 y el año pasado alcanzó los cuartos de final en Roland Garros

Alejandro Davidovich, tras derrotar a Novak Djokovic en Montecarlo Reuters

L. M.

Los primeros recortes de prensa de Alejandro Davidovich , verdugo de Novak Djokovic en la segunda ronda del Masters 1.000 de Montecarlo , datan de 2017. Ese año conquistó el torneo júnior en Wimbledon y su nombre empezó a generar eco. Ahí se supo de sus orígenes rusos, aunque él naciera en el Rincón de la Victoria hace ahora 22 años, y de su carácter emocional, energía a raudales.

Después, fue buscando su sitio en el circuito. Quizá, como le ha pasado a más compañeros de profesión, las expectativas creadas en su etapa júnior dispararon las miras y el ego. Y a veces el aterrizaje en el circuito de los mayores no responde a las ilusiones creadas. Por fin, empezó a despegar el curso pasado durante la temporada de tierra: semifinales en Estoril, cuartos (y retirada) en Montecarlo, octavos en Roma y cuartos en Roland Garros, donde le frenó Alexander Zverev. Antes, en el Mutua Madrid Open , se deshizo de otro peso pesado como Daniil Medvedev. También acudió a los Juegos de Tokio, donde perdió en octavos ante el hombre al que ha amargado este martes en Montecarlo, un Novak Djokovic que entonces le derrotó de forma fácil en dos sets, (3-6 y 1-6). En 2022 aún espera un gran resultado, pues de momento solo luce unos cuartos de final en Doha.

Davidovich comenzó pronto a pelotear con su padre, de profesión boxeador. Con cinco años ya competía y no parecía dársele mal. De enfado rápido cuando perdía, su progenitor siempre intentó que fuera a clases individuales y se mantuviera en el camino más profesional posible, aunque tuviera la raqueta más humilde de toda la escuela. Con 16 años se puso en manos de Jorge Aguirre , con quien sigue hoy en día. Es el hombre que ha conseguido canalizar toda su energía. «Diseñé un plan de evolución y tras cada temporada hago un análisis del potencial que sé que tiene y cómo ayudarlo a que lo saque», explicaba el año pasado a ABC. «Es un poco de ingenio, lógica y convencimiento. Y el trabajo de Álex, por supuesto. Domesticar todo lo que está dentro de él no es sencillo. Hay momentos en los que le entran dudas de si realmente está preparado, esos lapsus de concentración son desconexiones por falta de seguridad. Hemos conseguido que vayan durando menos. Antes podían durar meses, luego semanas, y estamos trabajando para que duren solo un juego o solo un punto y que en año y medio ya ni se vean».

«Hay que decirle más so que arre y eso está bien», continuaba el preparador. «Está en el proceso de explorar, a veces se equivocará y otras encontrará algo con lo que mejore. No quiero que pierda esa frescura, y esas cosas sorprendentes que hace, pero intentamos ayudarlo a ordenar esa pequeña anarquía, ese pequeño caos interno y que entienda que si sorprende mucho dejará de sorprender. Y si quiere celebrar la victoria con un bailecito en la pista, que lo haga».

En la actualidad, Davidovich mira al mundo desde el puesto 46 de la ATP, aunque llegó a ser el 32 del mundo en agosto del año pasado. En su biografía destacan su pasión por el Real Madrid y por el boxeador Floyd Mayweather. Le encanta dormir, se pirra por una buena tarta de queso y tiene mano para el bricolaje, una actividad que choca con la que reconoce como su peor cualidad, la impaciencia.

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