Tsonga, apesadumbrado al perder con Djokovic en Shanghái
Tsonga, apesadumbrado al perder con Djokovic en Shanghái - Reuters
Tenis

La extraña maldición de Nadal que inquieta al circuito

Todo aquel que supera al tenista español, con la única excepción de Djokovic, pierde en la siguiente ronda

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Rafael Nadal abandona China con cierto aire desenfadado, satisfecho porque ha hecho final en Pekín y semifinales en Shanghái, dos buenas de semanas de tenis que le animan con vistas al futuro. Para cerrar el año, tiene Basilea, París-Bercy y la Copa de Maestros, tres oportunidades para seguir creciendo ahora que le persiguen los focos. Algo ha cambiado en él, sí, pero se mantiene una extraña maldición: todo aquel que le supera, pierde en la ronda posterior.

Al último al que le ha sucedido es a Jo-Wilfried Tsonga, ganador del pulso contra el español en el tercer set de Shanghái y atropellado después por Novak Djokovic en la lucha por el título. Es un fenómeno extraño del que únicamente se ha librado precisamente Djokovic, aunque a medias.

Nadal lleva 17 derrotas en lo que va de temporada, la peor cifra desde que está en la cima, y muchas de ellas han llegado ante tenistas de segundo nivel. Sucede, además, que luego pierden, una simple estadística, aunque es inquietante.

En el primer torneo de 2015, Nadal tropezó ante Michael Berrer, un alemán que era el 127 del mundo, procedía de la previa y cuya gloria fue efímera ya que en la segunda ronda fue superado por Dodig. Ya en Australia, Tomas Berdych dio una lección al balear en cuartos, aunque de poco le sirvió porque Murray frenó al checo en la penúltima estación. Y en Río, Nadal perdió en semifinales ante Fognini, que no remataría su semana porque en la final chocó con Ferrer.

Después de ganar en Buenos Aires, continúo esa extraña racha en el Masters 1.000 de Indian Wells. Milos Raonic le superó en cuartos y el canadienses no avanzaría más ya que le frenó Ferrer. En Miami, su verdugo fue Fernando Verdasco en tercera ronda antes de perder contra Juan Mónaco. Y la excepción llegaría en Montecarlo, pues Djokovic venció a Nadal en semifinales y al final levantó el trofeo. A partir de ahí, otra vez la maldición.

Le ganó Fabio Fognini en Barcelona y perdió el día después con Pablo Andújar, mientras que en Roma le sorprendió Stan Wawrinka y el suizo no pudo luego con Roger Federer. Otra vez Djokovic se saltó la norma porque se impuso a Nadal en los cuartos de Roland Garros y alcanzó la final, esta vez sin éxtasis.

Nadal se proclamó campeón en Stuttgart y en la hierba de Queen's patinó ante Dolgopolov de entrada sin que el ucraniano avanzara más (derrota ante García López). En Wimbledon, Dustin Brown le dio un golpe durísimo y el alemán no salió nunca más en las portadas ya que se derrumbó ante Troicki.

El zurdo fue campeón en Hamburgo y el fantasma reapareció en Montreal, en donde fue derrotado por Kei Nishikori en cuartos antes de que al japonés le ajusticiara Andy Murray. En Cincinnati fue Feliciano López el que le dejó frío en octavos y el toledano no pudo ir más allá, pues le ganó Federer. Ya en el US Open, Fognini remontaba dos sets y esa gesta no tuvo continuidad porque el italiano resbaló ante Feli en octavos. Y ahora, en Shanghái, el caso de Tsonga. Nadal tiene algo de maldito.

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