Supersónico Pedrosa

Salpicaba el agua hacia los costados. No quería ni mojarse por la estela de los demás, por eso a Jorge Lorenzo no le importó ni la lluvia ni el asfalto mojado. Fiel a sus principios, como ha hecho siempre en sus triunfos de este curso, apretó el manillar para liderar la carrera desde la primera curva. Pero a su intento de monólogo se unió un Dani Pedrosa supersónico que remontó y superó a las Yamaha con una tremenda superioridad. Ya había abierto los focos en Aragón, cuando retó y batió a Valentino Rossi. En Japón se erige como protagonista absoluto con su primer triunfo de la temporada. Una que se recordará también por el esfuerzo mental que sufrió Lorenzo y que terminó cediendo la segunda plaza a su rival por el título merced a un despiste y al desgaste de sus neumáticos.

[ Así hemos contado la carrera]

Era la única estrategia que le valía al balear: terminar por delante de su compañero de equipo y rival por el título, Valentino Rossi. Solo de esta manera podía ir mordiendo puntos en la clasificación general y reducir los 14 puntos de desventaja. En una vuelta, un segundo; en la segunda, dos segundos. Más de tres, a falta de 19 vueltas. A pesar del agua. Un tremendo golpe moral contra Rossi que, sin embargo, tampoco cedió en la segunda plaza. Solo Andrea Dovizioso le pudo molestar durante las primeras vueltas, pues Marc Márquez no tuvo una buena salida y circulaba un segundo más lento que las Yamaha. A Dani Pedrosa, desaparecido en la primera mitad de la carrera, le costó encauzar su ritmo, pero gestionó bien las vueltas y a trece para el final ya tenía a la vista a Rossi. Augurios de otra tremenda batalla como en Aragón.

Pedrosa, descomunal

El más experimentado de la parrilla, con la mirada fija en la espalda de su compañero, dejó que Lorenzo completara sus vueltas en solitario sin desgastarse. Pero pronto entendió que no solo debía tener ojos mirando al frente, sino también en la nuca. Pedrosa, que recortó centésimas en cada vuelta, provocó que la carrera entrara en una fase de calma tensa porque cualquier error podía cambiar la situación en Motegi, pero también en el Mundial. Diez vueltas de tremendo desgaste mental.

A nueve giros para el final, la Honda certificó la remontada. Superó a Rossi en la primera oportunidad que tuvo y no solo se contentó con la segunda plaza, sino que cambió el objetivo: quería ganar. Su primer triunfo en 2015. No le importó ni el agua ni haber sufrido en la primera parte de la carrera. A Lorenzo, además, se le unió otro enemigo: el desgaste de su neumático, destrozado a falta de ocho giros. Tanto, que a cinco para el final tuvo que irse recto en una curva y brindó la segunda plaza a su eterno rival. El golpe que pretendió dar terminó por recibirlo, pues en lugar de arañar puntos, cedió otros cuatro a falta de tres Grandes Premios. Las Yamaha cedieron toda la ventaja del principio y sufrieron al final para terminar la carrera.

El monólogo de Pedrosa ya no tuvo contestación y vuelve a lo más alto del podio desde la República Checa 2014.