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Natación

Mitch Larkin, el precoz nadador que conquista el mundo mirando al cielo

A sus 22 años parte como candidato para ganar una medalla de oro en los 200 metros espalda

Mitch Larkin, tras una prueba.
Mitch Larkin, tras una prueba. - Afp.

Hay hombres que parecen haber nacido destinados a pasar el resto de sus días sumidos en el agua. Uno de ellos es Mitchell Larkin (Buderim, 1993), un australiano que con una mentalidad competitiva ha forjado un espíritu ganador encomiable. Un nadador que ha conquistado las piscinas de medio mundo dándole la espalda al fracaso y al propio agua. Siempre mirando al cielo. Un hombre que vive boca arriba y que, con sus 190 centímetros, ha conseguido progresar hasta ser considerado uno de los mejores deportistas de su disciplina. «No puedes poner un límite a nada. Cuanto más sueñas, más lejos llegas», dijo una vez Michael Phelps. Él le hizo caso.

Desde muy pequeño empezó a despuntar en las competiciones infantiles. Larkin ha sido de los nadadores internacionales que más rápido ha progresado en los últimos años. Con solo 17 años se alzó con el oro en los 400 metros, plata en los 200 metros en los Campeonatos de Menores Pan Pacíficos en 2010. Ese mismo año, consiguió también el primer puesto en 200 y relevos de 4x200 en estilo libre (aunque ese no es su punto fuerte) en los Campeonatos de Oceanía. Sin que nadie se diese cuenta, se estaba forjando un auténtico campeón.

Así llegó el 2012, y los Juegos de Londres. Larkin era el segundo atleta más joven del equipo olímpico australiano pues contaba con 19 años. Pero para él la edad nunca ha sido un impedimento. Un chaval que siempre ha ido adelantado a su tiempo. Sin embargo, compitió en los 200 metros braza y terminó en una discreta octava plaza. Una piedra en su camino. Suficiente para levantarse con más fuerza del tropiezo.

Dos años más tarde, un Larkin más desarrollado y maduro, se lanzó a la piscina en los Juegos de la Mancomunidad de Glasgow (Escocia), donde conquistó el metal dorado en los 200 metros espalda y dos platas en los 50 y 100 de la misma disciplina. Su medallero era cada vez más extenso. Así, el año pasado compitió en el Campeonato Mundial de Natación en Kazán (Rusia) y volvió a subirse a la parte más alta del podio en los 100 y 200 metros boca arriba. Última demostración antes de ganarse la oportunidad de competir en los Juegos de Río, donde promete dar mucha guerra en el agua. En noviembre de 2015, batió el récord mundial de 200 metros espalda en piscina corta, parando el cronómetro en 1:45.63. Otro hito para este joven nadador.

Actualmente, Larkin entrena en Brisbane con el San Pedro Club de Natación y es dirigido por el prestigioso entrenador Michael Bohl. Ahora le llega el momento para demostrar que a sus 23 años (los cumplirá en julio) todas sus medallas no han sido un logro pasajero, y que puede escribir su nombre por fin en la universalidad de la natación. Como siempre, mirando al cielo.

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