Juegos Olímpicos

La historia de las mujeres en los Juegos Olímpicos

Vetadas en los inicios de la cita, no fue hasta 1900 cuando pudieron participar por primera vez

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Tobin Heath (EE.UU.) y Caroline Seger (Suecia), durante el partido inaugural de fútbol femenino EP

Como en tantos otros ámbitos, las mujeres han tenido que luchar duro para tener el importante papel con el que cuentan hoy en día en el deporte. También en los Juegos Olímpicos, que durante mucho tiempo estuvieron vetados para ellas. Pierre de Coubertin , el que fuera creador de los Juegos Olímpicos modernos, se opuso a la participación femenina hasta su muerte. “Los Juegos son la solemne y periódica exaltación del deporte masculino, con el aplauso de las mujeres como recompensa”, decía.

No fue hasta 1900 , en los Juegos Olímpicos de París, cuando las mujeres pudieron tomar parte en unas olimpiadas. Aunque, sin embargo, su presencia fue meramente testimonial. De hecho, su participación no fue oficial, y se limitó a disciplinas consideradas ‘acordes a la naturaleza femenina’, como el golf y el tenis. Los Juegos de París destacaron por agrupar a un gran número de deportistas, pero tan solo 22 eran mujeres.

Entre ellas estaba Charlotte Cooper , que ya había ganado en tres ocasiones Wimbledon, y que se convirtió en la primera campeona olímpica.

No fue hasta 1928, en Ámsterdam, cuando las mujeres participaron de forma oficial en unos Juegos Olímpicos . En esta edición participaron 2883 atletas, de las cuales 277 fueron mujeres . En esta ocasión, su presencia no se limitó al golf y al tenis. Pudieron competir también en esgrima, gimnasia, natación, saltos y atletismo. En el deporte rey, sin embargo, su participación estuvo limitada a tan solo cinco modalidades: 100 metros, relevos 4x100, salto de altura, lanzamiento de disco y 800 metros.

Esta prueba de 800 metros fue considerada de extrema dureza para las mujeres, por lo que el Comité Olímpico Internacional prohibió su participación pruebas superiores a media vuelta. El argumento fue que ‘eran más débiles físicamente’. Esta prohibición estuvo vigente durante 32 años. No fue, por tanto, hasta los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 cuando las mujeres pudieron volver a correr los 800 metros.

La atleta alemana Lina Radke-Batschauer se convirtió en la segunda mujer en conseguir un oro para su país. En Ámsterdam, otra mujer la que protagonizó otro hito histórico. La italiana Luigina Giavotti logró la medalla de plata en gimnasia con 11 años y 302 días de edad, convirtiéndose en la medallista más joven de todos los tiempos.

La visibilidad de la mujer en el deporte iba en aumento, pero era aún del todo insuficiente. Alice Meillat decidió entonces fundar la Federación de Sociedades Femeninas de Francia, y también la Federación Internacional Deportiva Femenina. Ella fue la impulsora de unos Juegos Mundiales femeninos en Praga y Londres, en 1930 y 1934, respectivamente.

Desde entonces, la presencia y la repercusión de la mujer en los Juegos Olímpicos ha ido creciendo de forma imparable. En Montreal 1976 su cuota fue ya del 20% , lo que supuso la participación de 1260 atletas femeninas. En Seúl 88 ya fueron más de dos mil las deportistas que tomaron parte en los juegos.

Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se llegaron a denominar los ‘Juegos de las Mujeres’ debido al récord de participación femenina. En la cita británica tomaron parte 10568 atletas: 5892 hombres y 4676 mujeres . Fue, además, la primera vez que las mujeres compitieron en todas las categorías.

Los Juegos de Río 2016 son también recordados porque el 44% de las medallas olímpicas fueron obtenidas por mujeres, el porcentaje más alto de la historia

Españolas en los Juegos

Las primeras españolas en participar en una cita olímpica fueron Lili Álvarez y Rosa Torras , en los Juegos de París 1924. Cuatro año antes, en Amberes 1920, lo intentaron las tenistas Francisca Subirana y Carmen Rospide, aunque no llegaron a viajar.

No es hasta la edición de Roma 1960 cuando se puede considerar que hubo una presencia relativamente importante de mujeres en la delegación española. Fueron 11 atletas en esa ocasión.

El incremento fue paulatino hasta llegar a la explosión de Barcelona 92, en la que participaron un total de 129 mujeres deportistas. Fue una cita histórica, ya que en Barcelona la judoca Miriam Blasco logró el primer oro individual femenino. Además, la selección femenina de hockey se colgó el primer oro por equipos.

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