Mercado celebra su gol, ante la mirada de Piccini
Mercado celebra su gol, ante la mirada de Piccini - J.M SERRANO

Sevilla-Betis (1-0): premio, entre polémica, para el que más buscó la victoria

Los de Nervión mantienen su racha de victorias aunque las distancias se han acortado

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Las previsiones se cumplieron. Antes del partido las sensaciones invitaban a pensar en que las distancias entre los dos equipos se habían reducido, y así ha sido. El Betis es algo mejor que el de las temporadas anteriores, mientras que el Sevilla, de momento, está varios escalones por debajo del que ha estado arrollando a los vecinos en las campañas precedentes. Y así se vio un derbi trabado, con demasiados jugadores pasados de revoluciones y con muy poco fútbol. El premio fue, rodeado de polémica, para el equipo que más buscó la victoria. Y es que los de Nervión, sin estar bien, tienen más calidad y siempre tuvieron en mente sumar los tres puntos. El planteamiento del Betis fue demasiado conservador, más de destrucción que de creación, aunque es cierto que reaccionó al tanto de Mercado y vio cómo el Estrada Fernández le anulaba a Álex Alegría un gol totalmente legal.

En la segunda vuelta de LaLiga se podrá apreciar si las distancias entre unos y otros siguen igual, pero lo cierto a día de hoy es que los de Sampaoli, a pesar de no cuajar su idea futbolística, ya está en la zona alta de la clasificación, mientras que al Betis, tras la segunda derrota de la temporada, le toca remontar el vuelo para no comenzar a mirar hacia abajo.

La primera parte fue bronca, fea. El Betis salió revolucionado y al primer minuto Petros ya tenía tarjeta amarilla. La puesta en escena de ambos fue clara. El Sevilla buscó la portería rival, pero no encontró las conexiones para ello. Tuvo el balón pero no supo qué hacer con él cuando se acercó al área de Antonio Adán. Los verdiblancos, por su parte, aparecieron con la misión clara de defender, de alejar el esférico de su portería lo antes posible. Pero cometieron demasiados fallos de bulto. Aparte de la acción de Petros, que ya lo condicionó, Bruno tuvo de errores infantiles y Piccini no demostró estar concentrado. Así, que apenas hubo ocasiones. Los de Nervión las buscaron, pero sus acciones más peligrosas llegaron en fallos de los visitantes. Los de Poyet, en cambio, sólo aparecieron en ataque gracias a Álex Alegría (el mejor) y Joaquín. El extremo encaró en alguna acción, mientras que el delantero supo bajar balones y abrirlos a los laterales. Eso sí, no dispararon a puerta. También tuvo su cuota de protagonismo Estrada Fernández, al que los dos equipos le protestaron jugadas, tanto a la hora de enseñar cartulinas amarillas, como en la señalización de un par de faltas y fueras de juego. Y con el paso de los minutos la intensidad de ambos fue bajando, aparecieron más huecos en el centro del campo, pero ninguno de los dos estuvo acertado.

La segunda parte fue totalmente opuesta a la primera. Sampaoli y Poyet mantuvieron a los mismos jugadores, pero el argentino colocó a Vitolo por la izquierda para buscar el lado de Piccini, quien ya tenía tarjeta amarilla. Las revoluciones en este caso fueron con más lógica, más sentido, y así las ocasiones comenzaron a llegar. De hecho, no hubo que esperar nada más que cinco minutos para que el Sevilla se adelantara en el marcador. Nasri, que no estaba cuajando una buena actuación, sacó liftada una falta que pilló la espalda a la defensa bética, apareciendo Mercado para no perdonar. El tanto hizo estallar a la grada sevillista, pero espoleó al Betis que, por primera vez buscó la portería de Sergio Rico. Llegaron los primeros acercamiento visitantes y uno de ellos incluso acabó en gol, pero Estrada Fernández lo anuló, a instancias de su linier, por un fuera de juega que no era claramente. Aun así, los béticos no bajaron los brazos y miraron más adelante que hacia atrás, lo que le permitió al Sevilla salir a la contra para intentar hacer el segundo. Pero a pesar de ir por delante, los de Nervión no estuvieron finos. La gente de arriba no apareció para desequilibrar y a gente como Franco Vázquez o Nasri se les notó cansado. Por parte del Betis, los cambios hechos por Poyet no sirvieron para sumar. Saltaron al césped Ceballos y Musonda, pero no estuvieron acertados. Sampaoli, en cambio, movió su banquillo mirando al marcador. Primero dio entrada a Sarabia por un Iborra que estaba tocado, pero luego sacó del campo a Franco Vázquez para que entrara Kranevitter, con la idea de ganar la posición en el centro del campo. Y en los últimos minutos apenas se jugó al fútbol. El Sevilla tuvo controlada la situación, mientras que el Betis, con varios jugadores fuera de su posición, apenas lo inquietó. Así, el encuentro terminó con la victoria de los locales que, sin desplegar un buen fútbol, siempre fueron los que más buscaron los tres puntos, por lo que obtuvieron recompensa ante las quejas de los béticos por el gol anulado.

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