FINAL COPA DEL REY 2020-21

Athletic - Barcelona (0-4): Las sevillanas las bailó Messi en La Cartuja

La ciudad sin Feria se abrió a la fiesta de la gran final en una apasionante jornada; sobre el césped reinó el crack argentino con doblete y una actuación memorable

El Rey aplaude a Messi tras entregarle la Copa del Rey REUTERS
Fran Montes de Oca

Fran Montes de Oca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Reinó Leo Messi en La Cartuja . El argentino bailó por sevillanas a un Athletic que aguantó hasta donde pudo (0-4), alzando a los cielos el título número 31 del Barça en la competición de la que es absoluto dominador . Y rompiendo un maleficio, porque hacía 96 años que los azulgranas no ganaban una final a partido único en Sevilla. El '10' rosarino fue el que enamoró , se exhibió firmando el tercer gol y el cuarto de su equipo, después de que Griezmann y De Jong abrieran el camino de la gloria en tierra hispalense. Nos queda la melancolía (como en todo) de lo que habría sido esta enorme fiesta sin la maldita pandemia. La ciudad, en plena efervescencia de sus señas, el día que tenía que haber sonreído con el Alumbrado y el inicio de la Feria de Abril, se quedó otra vez sin ‘Pescaíto’ , huérfana a partes iguales de las mareas rojiblancas y azulgranas que no pudieron teñir la capital de Andalucía durante la previa ni excitar después las gradas del coliseo cartujano en el partido. Qué pena. Cantos y bailes, los del Barça, restringidos al césped y a los vestuarios del otrora mal llamado Olímpico. La nada en el Real de Los Remedios . Todo volverá a ordenarse, seguro. Mientras, nos entretenemos con el opio del balompié, en el que el Estadio de la Cartuja resucita y saca pecho como epicentro nacional de presente y futuro: Copas, Supercopa, Eurocopa y hasta Mundial si hace falta.

S. M. el Rey Felipe VI presidió el partido desde un palco repleto de autoridades . A su derecha, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Flanqueando a ambos, el de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el máximo responsable de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, los dos hombres que han elevado La Cartuja al olimpo futbolístico. El Himno sonó con fuerza y retumbó un buen estruendo de aplausos en la parte superior de la tribuna principal , ocupada por un centenar de medios de comunicación, así como empleados de la organización y del propio estadio.

Sin público, sí apareció al menos el aliento metafórico de las hinchadas con dos enormes tifos tras las porterías . En la zona barcelonista, lució una gran lona en la que se podía leer "Sempre Culers! Sempre amb vosaltres" ("¡Siempre Culés! Siempre con vosotros"). La del Athletic rezaba “Betidanik izan naizela ta izango naiz zuri leial” (“Siempre he sido y seré leal a ti”).

Siempre, y por fortuna, asoman resquicios para la esperanza . Soplos vitales. Porque el hincha es al fútbol lo que el joven hidalgo a su caballero. Fiel hasta en lo imposible de una pandemia. Los contados aficionados del Barça se dejaron notar antes del partido tanto en el hotel de su equipo como en los aledaños del estadio. Curiosamente, los culés volvieron al NH Collection, cerquita del Sánchez-Pizjuán y habitual cuartel general del Barcelona en Sevilla. ¿Supersticiones? De ellas rebosa el fútbol. En la Supercopa perdida en enero ante el propio Athletic los de Koeman se habían alojado en el Alfonso XIII. Messi, el gran aclamado en una u otra morada. El gran triunfador de la Copa.

Para privilegiados, pese a la dolorosa derrota, los seguidores del Athletic radicados en Sevilla . Nunca pudieron imaginarlo. Las fluidas relaciones de la Junta y la RFEF, unidas al tino de los leones sobre el césped, han levantado en la urbe hispalense la segunda residencia de los vizcaínos. Finales y más finales. Ellos, con la misma imposibilidad de ver al equipo en el estadio que sus congéneres de Bilbao, pero con la magna dicha de sentirlo tan cerca, en el momento clave, en la cita definitiva. Por estar en Sevilla. Eso sí, han perdido muy dolorosamente las dos finales coperas. Sí le levantaron la Supercopa al propio Barça.

Así que estos fieles del Athletic, devotos del pintxo, aprovecharon bien el día por si terminaba pasando lo que pasó: se entregaron como Dios manda en los prolegómenos del encuentro al engalanado y feriante centro histórico de Sevilla . Color y calor en la Alfalfa y la Plaza del Salvador. Tapas y cañas con el halo por un día de las bilbaínas calles del Perro o Somera. De los que más llamaron la atención entre los rojiblancos, los aficionados citados por la Peña Athletic Óscar de Marcos de Dos Hermanas, que se lo pasaron en grande marcándose la clásica ‘kalejira’ por el Casco Histórico sevillano. En realidad, estaban por todos lados. En Triana. O en la Puerta de la Carne, testando la cerveza mejor tirada de Casa Coronado. Sincretismo cultural y alegría. Pasacalles y hasta tambores. Es lo que tiene el fútbol, analgésico, tesoro para las penurias contemporáneas. Estos vascos de Dos Hermanas son originales hasta la médula. Ya en la anterior final ante la Real Sociedad, para calentar motores, llegaron a surcar el Guadalquivir con un barco al estilo de La Gabarra. No pudieron ganar una ni otra. Sevilla, seguro, les dará la enésima oportunidad. Messi fue demasiado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación