Fútbol

La última aventura de Balotelli

Firma por el Adana Demirspor turco a razón de 15 millones en tres temporadas

Mario Balotelli, en una imagen de archivo de 2014 AFP
Carlos Tristán González

Carlos Tristán González

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Mourinho contó en una ocasión una anécdota que ayuda a comprender la figura de Balotelli , uno de los personajes más histriónicos del fútbol moderno. Durante un partido de la Champions contra el Rubin Kazan , Balotelli fue amonestado en la primer mitad, y Mourinho, entonces entrenador del Inter de Milan, dedicó toda la pausa del descanso a advertirle de los riesgos de ver una segunda amarilla. «Mario, no puedo cambiarte, no tengo más delanteros en el banquillo, así que no toques a nadie y solo juega el balón. Si perdemos la pelota, no reacciones; si alguien te provoca, no reacciones; si el árbitro se equivoca, no reacciones...», contaba el portugués que le dijo. «A los 46 minutos… ¡Tarjeta roja!», añadía riéndose. «Podría escribir un libro de doscientas páginas contando historias con Mario… Y no sería un drama, más bien una comedia». Es un buen resumen de la carrera de Balotelli, siempre oscilando entre la grandeza y el desastre.

En 2012 , ‘Super Mario’ fue la estrella de una Italia que llegó a la final de la Eurocopa. Tenía 22 años, un talento de sobra conocido y una cabeza que le jugaba malas pasadas frecuentemente. Pero a pesar de sus estridencias, dentro y fuera del campo, Balotelli puede presumir de haber jugado en algunos de los mejores equipos de Europa: Inter, City, Milan y Liverpool. Incluso en plazas más humildes como las últimas de su carrera, Balotelli demostró el enorme futbolista que es. En el Niza , por ejemplo, terminó con 43 goles y 3 asistencias en 76 apariciones, firmando los mejores registros de su carrera.

Con cada vez menos protagonismo en sus equipos, el ‘enfant terrible’ de Italia nunca dejó de perforar porterías. En el Marsella lo hizo 8 veces en 15 partidos; en el Brescia firmó 5 goles en 19 encuentros; y en el Monza , su última aventura gracias a su amigo Berlusconi, anotó 6 goles en 14 partidos. Ayer se hizo oficial su siguiente destino: el Adana Demirspor turco , donde cobrará quince millones en tres temporadas, una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que viene de jugar en la Serie B. Berlusconi, propietario del Monza, le ofreció la oportunidad de volver a sentirse futbolista después de que el Brecia llegara incluso a vetarlo de los entrenamientos del equipo.

La joya interista que era del Milan

De manera precoz, la notoriedad irrumpió en la carrera de Balotelli. Solo tenía 17 años cuando se convirtió en un ídolo para la afición del Inter, al debutar una de las joyas más prometedoras de la cantera 'nerazzurra'. En 2010, con Mourinho en el banquillo, fue uno de los que levantó el histórico triplete. La relación entre ambos tuvo sus momentos, pero terminó de romperse cuando, en la final de la Champions ante el Bayern, el portugués mandó calentar al jugador durante toda la segunda mitad sin llegar a darle entrada luego.

Aquel verano, los dos dejaron Italia. Mourinho se fue al Real Madrid y Balotelli puso rumbo a la Premier para jugar en el City . Allí también protagonizó algún que otro enfrentamiento con su entrenador, el ahora seleccionador italiano Roberto Mancini, con el que incluso llegó a las manos en un entrenamiento. Aun así, Mancini no dudó en abrirle la puerta de la 'Azzurra' el pasado mes de enero: «Mario sigue siendo el jugador italiano con más calidad técnica. En los últimos años ha perdido un poco el camino, pero sigue siendo joven, tiene 30 años», dijo.

De su etapa en el Etihad Stadium se recordará siempre su mítica celebración ante el United, enseñando una camiseta que decía 'Why always me?' -¿Por qué siempre yo?, en castellano-. La explicación posterior no tiene desperdicio: «Cuando mi apartamento de Mánchester se incendió, ni siquiera estaba en casa. De todos los accidentes que salen en la prensa, un par han sido por mi culpa, tres como máximo. Todo lo demás es fantasía, prejuicio y cuentos de hadas».

Tres años tardó Balotelli en volver a Milán para vestir de 'rossonero', un sueño para él y una traición para su antigua afición, que incluso le dedicó cánticos racistas cuando volvieron a verse las caras. El jugador nunca escondió que era aficionado del Milan desde niño, y, de hecho, posó en más de una ocasión con su camiseta cuando jugaba en el Inter. «Mario nunca ha sido interista», dijo Mourinho una vez.

Más tarde, regresaría a Inglaterra para jugar en el Liverpool , donde terminó entrenándose con el equipo filial cuando Klopp aterrizó en el banquillo. «Trató a Mario como si fuera una mierda», llegó a decir su agente, Mino Raiola. En Francia, jugando en el Niza, se reencontró con su mejor versión, aunque su fútbol se fue haciendo cada vez más intermitente. Ahora, es el Adana Demirspor, que volvió a primera división 26 años después, el que celebra el fichaje de una de los futbolistas más irreverentes del siglo XXI.

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