Incidentes en la última jornada en el duelo entre el Feirense y el Benfica
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Portugal

Un teléfono 016 para los árbitros

Portugal pone en marcha una línea exclusiva para denunciar amenazas o agresiones a los colegiados

Lisboa Actualizado: Guardar
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El grado de crispación contra los árbitros crece en la Liga portuguesa ¿Les suena? Sí, sus decisiones más polémicas soliviantan a los aficionados en partidos de Champions en el Santiago Bernabéu o en el Camp Nou, pero en el país vecino las consecuencias alcanzan niveles peligrosos. Tanto es así que las denuncias de los colegiados o de sus entornos se han disparado y muchos de ellos han tenido que recurrir a la protección policial en los últimos tiempos.

Nada menos que 52 denuncias recibieron la temporada pasada la Fiscalía General del Estado y la Federación Portuguesa de Fútbol en este sentido, bien por parte de los propios árbitros, de sus padres, de sus cónyuges o de sus hijos.

Exactamente, el doble que el año anterior.

El resultado es que la Polícia de Seguridad Pública (PSP), equivalente a la Policía Nacional española, ha tomado cartas en el asunto con una propuesta innovadora, en colaboración con la Guarda Nacional Republicana (GNR). Se trata de una línea telefónica SOS, al estilo de los números 016 que ya rigen en los casos de violencia machista o malos tratos y de acoso a los menores de edad. Su puesta en marcha es una realidad, pues ya está disponible para que, cualquier árbitro que se sienta gravemente intimidado, tenga un interlocutor autorizado a quien dirigirse.

Ser objeto de amenazas, agresiones o simple desconfianza se considera el detonante para la idoneidad de descolgar el teléfono y marcar el nuevo número, conectado directamente con el Departamento de Operaciones de la Dirección de la Policía en Lisboa. Puede llamar no solo el propio colegiado, también cualquier miembro de su familia que se sienta coaccionado. A partir de ese momento, el grado de peligrosidad o riesgo para la integridad física se evaluará en cada situación concreta, e igualmente las medidas cautelares que se puedan tomar para evitar males mayores.

La iniciativa se materializa después de los sucesos ocurridos recientemente con Jorge Ferreira. El árbitro que pitó el encuentro Estoril-Benfica tuvo una actuación polémica y el restaurante que gestiona su padre, Armindo Ferreira, bajo el nombre de Taberna da Esquiça, en Fafe (norte de Portugal), fue atacado y en su fachada aparecieron varia pintadas. «Yo no tengo miedo, pero temo por la integridad física de mi familia. Me siento triste y cansado porque procuro siempre arbitrar lo que mejor que sé. Pero parece que ya no puedo desarrollar mi trabajo libremente. Lucho para que nadie me impida ejercer mi pasión», declaró el colegiado, muy afectado por las amenazas contra su progenitor.

En este caso concreto, las sospechas recaen sobre los «Super Dragones», los ultras del Oporto, el gran rival del Benfica y equipo que lidera Íker Casillas desde que el exportero del Real Madrid decidió cambiar de aires.

El contexto de agresividad ha llegado a tal extremo que Luciano Gonçalves, presidente de la Asociación Portuguesa de Árbitros de Fútbol, no descarta convocar una huelga en agosto, coincidiendo con el arranque de la próxima temporada. «Efectivamente, la línea telefónica de apoyo está en funcionamiento, aunque es tan reciente que aún no ha sido necesario activar todos los mecanismos de ayuda, pero la protección queda garantizada», asegura Gonçalves.

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