El efecto Ronaldo no se nota en Valladolid

Se decide el título en el antiguo estadio de la pulmonía, el viejo Zorrilla enclavado en el páramo de la avenida Mundial 82 de Valladolid, y en la Pucela que se despereza de la pandemia con afluencia masiva de visitantes en el último fin de semana, todo el mundo se acuerda de Ronaldo. Lo invocan porque el Valladolid, único equipo castellano en primera división, tiene media pierna en segunda víctima de una demoledora estadística a la que apelan los sabios de la ciudad: lleva 18 partidos consecutivos recibiendo un gol en su campo. El Atlético se aproxima este sábado (18.00 horas) con toda la pujanza de sus aspiraciones: ganar al Valladolid para ganar la Liga. El Pucela lo tiene medio imposible para salvarse (debe derrotar al Atlético y esperar a que no sumen tres puntos el Huesca y el Elche). El efecto Ronaldo no se nota en el equipo blanquivioleta.

Ronaldo adquirió en septiembre de 2018 el 51% de las acciones del club y en 2019 amplió la compra al 72% que aún mantenía su precedesor, el empresario Carlos Suárez. Además de regalar sonrisas y optimismo a las gentes de Valladolid, cubrió su primer capítulo efectivo: liquidó con 19 millones la deuda que mantenía el club, en fase de concurso de acreedores al regresar a primera.

Reacio y selectivo para hablar con la prensa y participar en actos públicos, Ronaldo se convirtió en un presidente a la inglesa, al estilo Abramovich que tanto le gusta o el menos popular Peter Lim, dueño del Valencia. Un mandatario que se muestra poco, que decide rodeado de pocas personas y que no vive el día a día de la ciudad. Como máximo acercamiento a Valladolid, el exdelantero brasileño se compró un chalet con vistas al Pisuerga en una urbanización de lujo en Simancas . Pero no hace vida social en Valladolid. Su sede es Madrid y su órbita de relación es el planeta fútbol a través de los distintos acuerdos que mantiene con entidades privadas o con la UEFA.

«No me voy a quedar aquí para siempre , tengo otros proyectos en la cabeza para el futuro», declaró en una entrevista en Sports Ilustrated, la famosa revista norteamericana, el tipo de medios con el que se vincula estratégicamente el brasileño.

Ronaldo ha delegado la gestión del club en tres soportes: Mathieu Fennaert , procedente de Octagon y encargado del área de negocio, David Espinar, su persona de confianza en España dedicado en el club al ámbito institucional, y Miguel Ángel Gómez, responsable del área deportiva. En su afán expansivo, el exjugador del Real Madrid diseñó un plan para comprar el estadio Zorrilla, reformar los terrenos y construir cantera en una ciudad deportiva. La burocracia le ha llevado a chocar en alguna ocasión con el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, con quien manifestó tener una «estupenda relación» en un desayuno organizado por Europa Press.

El dueño del Valladolid mantuvo en su puesto a Sergio González por encima de la lógica fatídica del fútbol, según la cual todo entrenador que no cumple sus objetivos es despedido. Ronaldo argumentó que quería proporcionar estabilidad al club y no generar más deuda. El estilo guerrillero de Sergio, más proclive al formato del Cholo Simeone que al fútbol combinativo del Barça, se transformó este curso en una plantilla de buen pie y más técnica (el canario Roque Mesa, el brasileño Marcos André) que no ha cuajado. «Tenemos que pedir perdón porque no hemos estado a la altura del escudo -exclamó Sergio después del 4-1 ante la Real Sociedad-. Agachar la cabeza y encajar».

Ronaldo no estuvo en el Reale Arena de San Sebastián, decisión que fue criticada por los medios pucelanos y afeada por algún hincha que lo reflejó en los muros de Zorrilla. El efecto Ronaldo no se ha notado en Pucela.