Fútbol

La dolorosa soledad de Koeman

A las críticas de Laporta y de la afición se le suma ahora el desapego del vestuario, que rechaza públicamente su discurso

Ronald Koeman durante un partido del Barcelona REUTERS

Sergi Font

Cada vez está más solo. Ronald Koeman vive sus momentos más amargos desde que regresó al Barcelona para ocupar un banquillo que quema y desgasta. El presidente ya había sido cuestionado por el presidente, criticado por la afición y desprestigiado por el entorno. Ahora ha sido el vestuario el que le ha dado la espalda , aunque el mensaje es de unidad y sobre el terreno de juego demuestran que quieren ganar los partidos, los futbolistas no comulgan con el discurso del entrenador, y así lo han dejado claro. Gerard Piqué y Sergi Roberto afearon en Cádiz las justificaciones del holandés, que en un comunicado había sido taxativo sobre los objetivo del equipo esta temporada. « Quedar en un puesto alto en la Liga sería un éxito. En la Champions League no se pueden esperar milagros . La derrota contra el Bayern de Múnich, la semana pasada, tiene que ser enfocada desde esa perspectiva», argumentó el neerlandés, que también pidió el apoyo del club «con palabras y con hechos». Piqué y Roberto son dos de los capitanes de la plantilla por lo que están facultados para opinar y sus valoraciones suelen ser un fiel reflejo de lo que piensa el resto de la plantilla.

« No estoy vistiendo la camiseta del Barça para acabar segundo o tercero . Estoy para competir por los títulos. Estoy convencidísimo, pese al inicio, que estaremos compitiendo. El equipo está con ánimos, con ganas. A veces hay que afrontar estos momentos. Sentimos que la afición está con nosotros. La situación es complicada para todos. Venimos de doce años en la élite, hay que estar ahora todos juntos. Vamos a competir hasta el final. Que nadie dude de ello. Necesitamos a la afición. Aunque empecemos mal, que nos ayuden... no sabes el bien que nos da que la afición esté con nosotros», apuntó Gerard Piqué cuando le cuestionaron por las palabras de Koeman. Reacción similar a la de Sergi Roberto , que también se mostró en desacuerdo con su entrenador: «Aquí hay que ganar la Liga. A mí no me vale eso de entrar entre los cuatro primeros. Somos el Barça y esto no es excusa. Tenemos que dar lo mejor y tenemos plantilla para pelear la Liga. No veo a ningún club que tenga mejor equipo que nosotros », añadió el de Reus, que comenzó el partido ante el Cádiz en el banquillo.

El vestuario era el único bastión que le quedaba a Koeman en esta guerra intestina que se está dirimiendo en el club. Es 'vox populi' que tiene los días contados y que, aunque el club haya asegurado que no habrá ningún movimiento durante este fin de semana , su continuidad pende de un hilo. Todo depende del tiempo que tarde la dirección deportiva, con el visto bueno del presidente, en encontrarle un sustituto. El propio Koeman ha visto con sorpresa cómo el club azulgrana ha pasado de plantearle la renovación a sentenciarle en una semana. Otra prueba más de la fragilidad y transitoriedad en la que vive instalada la entidad. Laporta , que en junio le pidió un par de semanas para buscar otro entrenador, ya no esconde su malestar en público por las acciones del entrenador, como la decisión de leer un comunicado en lugar de ofrecer una rueda de prensa. Precisamente, Koeman le reclama más apoyo «tanto e palabra como con hechos» .

Al malestar de Laporta se le une la duda de la afición, dividida entre la coherencia del discurso del técnico y la decepción por los malos resultados y un juego ciertamente plano y alejado del vistoso estilo de juego que siempre ha encandilado al Camp Nou. Diversidad de opiniones, con pancartas diferentes. Pocas pero elocuentes. Ante el Bayern había una muy grande que le pedía que se marchara pero ante el Granada la situación fue a la inversa, con otra similar de apoyo. Mientras tanto, Koeman sigue a lo suyo, tratando de minimizar la gran cantidad de bajas que tiene, dando entrada a los jóvenes y mordiéndose la lengua cuando le preguntan por la actitud del club. Se mantiene firme en sus ideas y, aunque en algún momento ha cedido a formar el 4-3-3 que se le exige desde la planta noble de la entidad, sigue apostando por los dibujos tácticos que considera que más protegen al equipo. Además, sigue sin contar con Umtiti , que aún no ha jugado ni un minuto, ni con Riqui Puig , que solo dispone de minutos residuales, dos de los futbolistas que Laporta le habia pedido que promocionara.

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