Copa del Rey | Granada - Athletic

Roberto Soldado: «Era muy egoísta. No hubiera encajado en este Granada con 20 años»

Referente del equipo nazarí, el ariete sueña con la final: «Tengo buenas vibraciones»

Roberto Soldado EFE
Rubén Cañizares

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Una amarilla rigurosa no le va a permitir jugar el partido más importante de la historia del Granada desde hace 61 años, pero Roberto Soldado (Valencia, 27 de mayo de 1985) ya tiene el chip de aficionado: «Vamos a ser 20.000 personas vaciándonos por el equipo. Tengo buenas vibraciones». Referente del club nazarí, a pesar de llegar el pasado verano, habla maravillas de la ciudad y el club andaluz y le hace un guiño al Real Madrid de su admirado Zidane: «Otra vez lo ha vuelto a hacer. Ojalá se lleve esta Liga».

-¿Cómo le va en Granada?

-Mi mujer, mis tres hijos -la mayor de 12 años y dos chicos de 10 y 5- somos muy felices aquí. Hasta al pequeño se le ha pegado ya el acento «granaíno» (risas). Sentimos mucho cariño de la gente y a mi mujer y a mí nos encanta desconectar después de los partidos en el Huerto de Juan Ranas, un lugar único con una vista de la Alhambra increíble.

-Viene de dos años en Turquía ¿Pensaste que el tren del fútbol español ya se te había terminado?

-Cuando me rompí los ligamentos en el Villarreal (2017), mis sensaciones no eran buenas y llegué a dudar de mí. No tenía claro que pudiera seguir compitiendo a alto nivel. Por eso, no dudé cuando llegó la oferta del Fenerbahce, que económicamente era importante, pero también sabía que volver a jugar en la Liga sería muy complicado. Tuve mucha suerte con la llamada del Granada.

-En tus inicios, fuiste tú el que casi le da la espalda al fútbol de élite..

-Hoy los jóvenes llegan al fútbol mucho más preparados y con más sentido de la profesionalidad. En mi época no era así. Yo estaba solo en Madrid, jugando en el Real Madrid, era joven, tenía dinero, te crees más de lo que eres... Cuando la gente pasa por lo que pasé yo, lo más fácil es equivocarse, dejarse llevar y disfrutar de la vida. Por suerte conocí a mi mujer, que me recondujo, y mis padres me dieron un toque de atención a tiempo: «Tú viniste a Madrid con 14 años para convertirte en futbolista. Ahora estás al límite y te estás equivocando», me dijo una vez mi padre. Mi camino no era el adecuado y tenía que cambiar de dirección. Y eso hice. Se lo agradeceré siempre. Me siento en paz conmigo mismo.

-Tomó la postura inteligente

-Mi padre sabía tocar la tecla adecuada. De pequeño, también era un poco cabra loca y jugaba de portero al fútbol sala. Un día me dijo que si quería ser futbolista y ganar dinero tenía que ser delantero. Y también le hice caso. Él y mi madre me enseñaron a respetar, a ser humilde, a tener ganas de aprender y a ser buena persona. Y si eres buena persona, es más fácil llegar a ser buen futbolista.

-En Twitter hay gente que no piensa eso de usted.

-Es que debe de ser tabú que un futbolista hable de política. Puedo decir libremente qué me gusta y qué no, siempre que no falte al respeto a nadie, pero el insulto es el pan de cada día en Twitter, donde se pueden decir barbaridades sin ninguna consecuencia. Seguiré diciendo lo que pienso y me da absolutamente igual lo que me digan los demás.

-¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado un compañero?

-Casquero, cuando jugaba en el Getafe. Comíamos muchas veces juntos y siempre me decía que no podía comer tanto pan o beber coca cola todos los días. Entonces pesaba 84 kilos. Me da hasta vergüenza verme en esa época. Metía goles y jugaba bien y no le daba importancia a la alimentación. Con el paso de los años me he dado cuenta de que si no cuido la nutrición es imposible exprimir tu cuerpo al máximo y estar en la élite. Ahora peso 77 kilos.

-¿Es hoy mejor futbolista?

-Antes solo estaba obsesionado con hacer goles y desaprovechaba otras virtudes. No trabajaba en equipo, no me asociaba, no ayudaba en defensa... Todo eso lo aprendí en el Tottenham. Mi madurez futbolística ha sido hacer todo esto que te menciono y antes no hacía. Me considero un jugador más completo que con 20 años no hubiera encajado en este Granada porque era muy egoísta, y aquí lo que no hay es egos ni individualidades.

-¿Eso es culpa de Diego Martínez?

-Diego conoce perfectamente el vestuario. Transmite el fútbol de un modo que se entiende perfectamente y ha logrado una conexión muy bonita entre el cuerpo técnico y los jugadores. Eso es muy difícil de conseguir. Él llegó a un club en el que quizás no había sinergia entre afición y jugadores y ha sido Diego el que ha liderado esta unión tan bonita. Nuestro entrenador nos hace mejores a todos.

-En lo deportivo, ya tienen la permanencia virtualmente conseguida.

-De momento no es matemático, y si lo acaba siendo, nada cambiará. Estemos salvados o no, tengamos 37, 40 o 46 puntos, seguiremos compitiendo en la Liga como si fuera el primer partido. No nos ponemos ningún techo

-Como en la Copa

-Sabemos que podemos hacer historia. Esta semana, paseando por la calle Recogidas -una de las arterias del centro de Granada más icónicas-, he visto todos los balcones con banderas y bufandas. La espera se ha hecho eterna pero este jueves 5 de marzo va a ser un día grande en Granada. Y aunque yo no pueda jugar, me voy a vaciar animando a mis compañeros

-¿Qué partido se imagina?

-El Athletic no puede sentirse cómodo en Granada desde que ponga el primer pie aquí. Y ese será el papel de la afición. En el campo tenemos que tener cabeza, aparte de corazón, y salir a disfrutar. Nada de ansiedad. Es un partido más, aunque no lo sea. Ese es el mensaje. Hay que incidir en nuestras virtudes y en sus defectos, que sabemos cuáles son. El 1-0 es remontable, y aunque encajemos un gol, tenemos capacidad para hacer tres. Hay que confiar. El deseo de estar en la final va a poder con todo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación