Betis-Celta

Rubi y Escribá, una soga en medio de dos banquillos

Además de los tres puntos, Rubi y Escribá se juegan hoy su continuidad

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Con un tráfico frente a sí que ni en sus peores sueños habían visto, Betis y Celta de Vigo se enfrentan esta noche (21.00 h, Movistar LaLiga) en un duelo con demasiadas curvas para la fecha en la que llega. Apenas acaba de cambiar la hora y ya se cierne la suya sobre Fran Escribá y Joan Francesc Carreras «Rubi» , dos técnicos que iniciaron la temporada al volante de Celta y Betis con la esperanza de encontrar un billete para viajar por Europa en la línea de meta pero que, transcurrido ni tan siquiera un tercio de la Liga, tienen a sus equipos a la cola de la carrera.

Con Marcelino García Toral y Mauricio Pellegrino habiendo roto ya el hielo en cuestión de despidos, Escribá y Rubi se postulan como inminentes nuevos miembros de la lista del paro. Tan límite es la situación para uno y otro técnico que un empate en el Benito Villamarín podría suponer una situación insólita: el despido de los dos preparadores involucrados en un mismo partido.

El drama toca con la misma presteza en una y otra puerta. Betis y Celta suman nueve puntos, empatados en la antepenúltima plaza del campeonato, a otros nueve de las plazas que dan acceso a la Europa League, el objetivo que en el amanecer de la campaña se marcaban verdiblancos y celestes. Pero la debacle está justificada: si quienes esta noche ejerceran como locales son el equipo más goleado de Primera (20), los que se vestirán en el vestuario visitante han marcado menos goles que nadie (5).

Que son dos conjuntos que pintan poco rondando el descenso se explica a partir de su último mercado de traspasos. El Betis echó el lazo a Fekir y Borja Iglesias , puntales para un proyecto entregado a un técnico que venía de devolver al Espanyol a Europa doce años después de su último viaje, y con el regusto amargo de lo que pudo ser y al final no fue tras la etapa de Quique Setién al frente del elenco heliopolitano. En Balaídos, se confiaba el equipo a un Escribá que rescató al Celta cuando coqueteaba con el descenso, allá por marzo, tras no atinar el tiro ni con Mohamed ni con Cardoso. La repatriación de Rafinha, Denis y Mina apuntalaba un proyecto ilusionante.

En la previa de este todo o nada, Escribá reconoció que no estaría todavía en el cargo de no ser por el apoyo incondicional de sus futbolistas, manifiesto tras la derrota ante la Real del domingo. La misma fórmula de Rubi, que se ve «muy respaldado» por sus chicos.

Pero las expectativas, una vez más, esperaban a la vuelta de la esquina con la soga dispuesta para no perdonar un desvío del trazado que hace un par de meses se estiló como ideal. Entretanto, entrenadores valorados en la rueda de los banquillos como Javi Gracia, Abelardo o el propio Setién van acicalándose por si les toca saltar a escena. Raro será que (al menos) una no necesite de un nuevo director.

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