Operación Pizarro

Un árbitro, entre los 31 detenidos por apostar a faltas y tarjetas

La Policía arresta a exfutbolistas y jugadores en activo relacionados con las mafias chinas en 30 partidos y después de 40 denuncias de la Liga

J. CARLOS CARABIAS/P. MUÑOZ

Un año de investigación policial y 40 denuncias de la Liga Profesional (LFP) en ese periodo de tiempo desembocaron ayer en una operación sin precedentes en el fútbol modesto de Segunda B y Tercera división, que constituye el mayor golpe asestado en España a las mafias vinculadas al deporte y a las casas de apuestas que han desembarcado en las categorías inferiores. Fueron detenidos 31 individuos, vinculados a amaños de apuestas en situaciones menores de los partidos: faltas, tarjetas, saques de esquina, penaltis y otros lances de este tipo que tienen cabida en las puntos de juego del sudeste asiático. Uno de los futbolistas arrestados, Jonan García (ex del Athletic y del Alavés, entre otros), sería uno de los cabecillas de la trama desactivada y que ha operado de modo fraudulento en, al menos, treinta encuentros. Uno de los arrestados por la policía es un árbitro, hecho sin antecedentes y que vincula por primera vez al estamento de los colegiados con un caso de corrupción deportiva. En los registros se intervinieron miles de euros y abundante documentación.

Desde hace un año venía trabajando la Unidad de Delitos Especializados y Violentos (UDEV) de la Comisaría General de la Policía Judicial. Las actuaciones policiales corresponden a encuentros celebrados durante la pasada temporada y la actual. En ese tiempo, la Liga de Fútbol Profesional había formulado cuarenta denuncias por indicios de delito en treinta partidos de Segunda B y Tercera. La patronal del fútbol, que no es la encargada de velar por estas categorías sino la Federación Española, posee su propio sistema de monitorización de apuestas que coordina el departamento de Integración, el BFDS ( Betting Fraud Detection System ), una fórmula que emite alertas sobre los flujos excesivos en encuentros concretos en las casas de juego con las que establecieron los acuerdos. Cuando el método detecta un pico exagerado de apuestas en un partido, existe un indicio de amaño.

La Policía y la Liga formalizaron un convenio de colaboración hace dos años que pretende mitigar el tumor que acecha al fútbol, los amaños de resultados. Las alertas en el BFDS generan indicios, luego investigaciones y más tarde informes de la Liga que llegan a la Policía Nacional. En el último año confluyeron el trabajo conjunto de un juzgado de Zafra (Badajoz), la Fiscalía, los letrados de la administración de justicia, la Policía y la Liga. La Fiscalía Provincial de Badajoz denunció hace un año presuntos arreglos de tres encuentros de la Copa Federación (Fuente de Cantos-Jerez, Don Benito-Badajoz y Jerez-Badajoz) solo relacionados con los saques de esquina, no con el resultado final. Un jugador del Jerez ganó 5.000 euros apostando a córneres en el Fuente de Cantos-Jerez y a otro le ofrecieron 3.000 euros por pactar los saques de esquina del Jerez-Badajoz.

Fuentes conocedoras del caso consultadas por ABC avanzaron ayer que había 31 detenidos en diferentes puntos de la geografía española. Siete en la región de Murcia y el resto distribuidos entre Badajoz, Madrid y Argentona (Barcelona). Los agentes se presentaron en el entrenamiento del Jumilla y detuvieron al defensa catalán Juan Carlos Ceballos, quien fue capitán del Cartagena hasta el mes pasado, y al zaguero alicantino José Manuel Catalá, ex de Villarreal, Murcia y Racing de Ferrol. Además fueron arrestados tres futbolistas del Águilas y dos del Pulpileño.

Las pesquisas policiales condujeron a la desarticulación de una red liderada por dos exfutbolistas (uno de ellos sería Jonan García) y que contaba con la colaboración de otras personas, en las que se incluían intermediarios, futbolistas y algún tipster (un pronosticador que realiza análisis de eventos deportivos y localiza cuotas con valor en ellos).

Indicios en Segunda

Según la investigación, la red habría utilizado a futbolistas previamente captados en diferentes clubes para forzar situaciones en los partidos (penaltis, saques de esquina, tarjetas, faltas...) a cambio de una cantidad de dinero que oscilaría en torno a los 1.000 euros. Los futbolistas de Segunda B y los que actúan en los mejores clubes de Tercera son mileuristas y, como mucho, pueden llegar a cobrar un sueldo de 1.800 euros.

Una red de colaboradores de la trama (normalmente se ocupan familiares o amigos) habría sido los encargados de realizar las apuestas, mientras que los cabecillas se quedarían con el grueso de las apuestas y con el resto del dinero de los demás apostantes.

La operación desplegada se ha centrado en la Segunda B y la Tercera división, pero según ha sabido ABC, existen indicios en la abundante documentación intervenida de que la plaga del menudeo en las apuestas también ha alcanzado a la Segunda división, categoría que sí depende de la Liga.

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