Fútbol

Arabia Saudí ataca la geopolítica del fútbol

Enfrentado a Catar en la guerra fría árabe, el país saudí compra el Newcastle a golpe de talonario y discute a sus vecinos la influencia a través del deporte

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El petróleo y las reservas energéticas han dictado su ley. La futura capital mundial del deporte estará en el Golfo Pérsico. Tres naciones de Oriente Medio protagonizan una rivalidad severa por apoderarse del deporte y sus ramificaciones en el impacto en la población y el retorno de imagen. Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes compiten por un trono que parecía asignado a Catar con el Mundial de fútbol y la adquisición del Paris Saint-Germain. Sin embargo, su principal adversario político, Arabia Saudí, ha efectuado inversiones poderosas para atraer deporte. El Dakar, la Fórmula 1, las Supercopas de España e Italia... Y su último negocio, la compra del modesto Newcastle de la liga inglesa, con el que pretende competir al nivel del PSG o el Manchester City dominados por los petrodólares del Golfo. Arabia ha lanzado un ataque a la geopolítica del fútbol.

«Estamos sumamente orgullosos de convertirnos en los nuevos propietarios del Newcastle United, uno de los clubes más célebres del fútbol inglés», declaró Yasir Al-Rumayyan, dirigente del fondo saudita que ha desembolsado 333 millones por la operación.

De la nada al todo

El Newcastle, que vivió su única época de gloria en los noventa con Kevin Keegan en el banquillo y el delantero Alan Shearer en el campo, experimenta de golpe una transformación instantánea. Es el penúltimo equipo del campeonato después de siete jornadas, pero sus nuevos dirigentes ya hablan de ganar la Premier y concursar en la Champions. El club del norte de Inglaterra se postula como el agitador del próximo mercado de invierno, captador de figuras que hace años se pegaban por jugar en el Madrid, el Barça, el Milán o el Liverpool. Los nuevos ricos del fútbol hacen dinero a partir de Oriente Medio.

«Es difícil competir al más alto nivel en el fútbol con ciertos clubes que tienen recursos casi ilimitados », se justificó el anterior propietario del Newcastle, el millonario Mike Ashley, dueño de una cadena de ropa deportiva. «Los hinchas del Newcastle estaban frustrados por la situación y querían un cambio».

Detrás de la operación está el reino de Arabia Saudí y su heredero, Mohammed bin Salman, de 36 años, cuya fortuna no se puede medir al primer cálculo, 320.000 millones de euros. Dueño de todo lo que el dinero puede comprar: castillos en Francia, cuadros de Leonardo da Vinci, islas en el Índico, yates kilométricos... Bin Salman fue señalado por autoridades turcas y estadounidenses como la persona que ordenó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, ocurrido en octubre de 2018 en el consulado saudita en Estambul. Bin Salman dijo que asumía, como dirigente, la responsabilidad del asesinato, pero negó tener conocimiento del mismo antes de cometerse.

El catedrático Simon Chadwick, de la Universidad de Salford, ha mencionado en diversos foros el matiz político del país árabe: «Arabia, como sus vecinos Catar y Emiratos Árabes, trata de adquirir legitimidad y ser parte de la comunidad internacional a través del deporte. Su compromiso con el deporte sirve para pedir a los diversos comités que olviden sus faltas y se centren más en eventos, equipos y patrocinios. Es una herramienta diplomática ».

Arabia Saudí es el mayor productor mundial de petróleo , el mayor exportador y alberga las mayores reservas de crudo del planeta (264.200 millones de barriles). Su poder radica en que es el único país del mundo que cuenta con una capacidad de producción en reserva que puede activar a su voluntad.

Arabia Saudí ha invertido en el deporte como estrategia para mejorar su imagen ante el mundo, una cara amable frente a problemas relacionados con los derechos humanos. « La situación de los derechos humanos en Arabia sigue siendo desastrosa : los críticos con el gobierno, los activistas por los derechos de las mujeres, los activistas chiitas y los defensores de los derechos humanos siguen siendo acosados y encarcelados, a menudo tras juicios manifiestamente injustos», declaró el director general de Amnistía en Gran Bretaña, Sacha Deshmukh.

El conflicto entre Catar y Arabia Saudí se ha denominado como la ‘segunda guerra fría árabe’, especialmente tensa la situación desde la ‘primavera árabe’ (las manifestaciones populares en 2010 y adelante, en favor de la democracia y los derechos sociales en el mundo musulmán). Ambos países están enfrentados por las transmisiones televisivas de Al Jazeera, con sede en Doha.

Emiratos Árabes ingresó en el fútbol con la adquisición del Manchester City, que hoy entrena Guardiola. Después de ganar la Premier y llegar el curso pasado a la final de la Champions, lo ha convertido en el décimo emporio más valioso del mundo, con un valor de 4.170 millones y equipos de fútbol en Europa, Asia, América y Oceanía.

Con la F1, el Dakar y el Newcastle, Arabia intenta mitigar la gran conquista de Catar, su Mundial de fútbol 202, en el que, según el Financial Times, ya ha invertido más de 175.000 millones .

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