Manuel García Quilón, agente de Benítez y de cientos de futbolistas
Manuel García Quilón, agente de Benítez y de cientos de futbolistas - abc
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El arte de seducir a un club y a un jugador

El agente convence al futbolista de la bondad de un equipo y a un club de su necesidad. Buscar el sitio adecuado es la clave del éxito

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Es el sueño de millones de niños: ser Cristiano Ronaldo, Leo Messi, David de Gea, James, Benzema, Luis Suárez, Vicente del Bosque, Íker Casillas u otra figura mundial. Los chavales se ilusionan al verlos por la televisión o en los periódcios abriendo portadas y desean, como ellos, fichar por el Real Madrid de Rafa Benítez o por el Barcelona de Luis Enrique. Ganar mucho dinero. Ser famoso. Hacer anuncios. Detrás de esa parafernalia hay mucho entrenamiento durante doce años, dirigidos por técnicos desde la categoría cadete. Son una selección estricta. Surge un profesional de calidad de cada mil niños que se quedan por el camino. Pero eso no sale en la foto.

Hay dos formas de realizar un fichaje.

La primera es la adquisición de los derechos de un chaval «desde sus doce años». Los representantes captan a los niños en las canteras de los clubes y trazan su progresión hasta su salto profesional, cuando firman su primer contrato. La segunda forma de ejecutar un fichaje es el traspaso entre clubes de un futbolista hecho. La pretensión de un equipo de conseguir al jugador o la propuesta de un apoderado para cubrir la necesidad de una plantilla, son los argumentos de esas operaciones.

Jorge de Felipe, hijo del exfutbolista Pedro de Felipe, agente FIFA, explica cómo se capta a los chavales: «Los representantes acuden a los entrenamientos de las canteras de primera y Segunda y seleccionan a los chicos. Hay que alcanzar un acuerdo con los padres. Debes generar confianza sobre la bondad de tu labor para que el niño progrese. Por ejemplo, si vas a la cantera del Real Madrid, la mayoría de los chicos de nivel están captados por un apoderado».

De Felipe subraya que es una inversión a largo plazo: «Durante años el chaval no gana dinero. Algunos proceden de niveles económicos bajos y los representantes les pagan la gasolina para que se entrenen». Cuando consigue su primer contrato, el agente también es su consejero: «Eres un segundo padre, su inversor. Se ayuda también a la familia y se dialoga con los bancos si los padres no pueden pagar una hipoteca».

García Quilón: «Hay un club para ti». La legislación de los agentes FIFA establece que pueden percibir entre el cinco y el diez por ciento del contrato del futbolista. «Aunque hay contratos privados que alcanzan el veinticinco por ciento». Hace décadas hubo contratos que significaron el cincuenta por ciento. Eran otros tiempos, con jugadores sin formación, sacados de la pobreza. Manuel García Quilón, abogado, técnico de administración del Estado, es uno de los profesionales más prestigiosos en la representación. Apoderado de Rafa Benítez y de cientos de futbolistas, el agente explica que el secreto del éxito es saber elegir para cada profesional y para cada equipo el fichaje adecuado.

«Yo distingo bien claro a quien es intermediario de quien es un representante, que es lo que soy yo», advierte el agente. «En este trabajo debes conocer bien a cada uno de tus jugadores. Ver cómo se valora él, sus objetivos, y explicarle su verdadero techo. Lo importante es saber elegir el equipo adecuado para él. Si tiene un nivel para ser futbolista del Rayo, mandarle al Real Madrid sería estrellarle. Y viceversa, si es un jugador de máximo nivel, enviarle a un modesto sería hundirle». Su filosofía es similar para los clubes: «Debes buscar para cada equipo, según su nivel, el jugador idóneo para cubrir lo que necesita reforzar».

Esteve Calzada: «Las edades diversifican las metas». Representante de Lucas Silva, gestor de los derechos de imagen de John Terry y el Kun Agüero, el ilerdense Esteve Calzada, estandarte de Prime Time Sport, profundiza en los criterios para acertar con la carrera idónea de cada profesional: «Hay diversas políticas de actuación. El objetivo del jugador joven es totalmente diferente al futbolista de 30 años. Cuando el jugador supera la treintena, el factor económico pasa a ser el primer objetivo. Pero si es un futbolista joven, lo importante es encontrarle un equipo donde vaya a jugar, para desarrollar su calidad. El dinero en esta fase es secundario. Lo fundamental es elegir un club en el que tu futbolista pueda explotar su clase, que sea un equipo con un estilo de juego acorde al tuyo. Y analizar si tendrá sitio en el once. Si hay jugadores de sus mismas características y no es segura su titularidad, hay que seleccionar otro club. La meta es que se consolide como gran futbolista».

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