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Kroos celebra su tanto - efe
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Kroos deja noqueada a España

Un tiro colocado del alemán derrota al equipo de Vicente del Bosque (0-1), bien dirigido por Isco, pero sin eficacia de sus puntas

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España901Alemania

El ambiente en Vigo era descomunal. Ni la lluvia enfrió la ilusión de los espectadores por presenciar el enfrentamiento entre las dos últimas campeonas del mundo. España, como auguró Low, seleccionador alemán, tuvo la pelota en la primera fase del partido. Isco, liberado como media punta, se hizo dueño del balón con su participación en todo el fútbol del centro del campo español. Los rivales demostraron su peligro al contragolpe. Ya lo advirtió el técnico germano. Esa sería su táctica inicial. Fue un duelo prefabricado, con estrategias marcadas que ambas selecciones se intercambiaron transcurrida una hora de juego, cuando los visitantes impusieron su fuerza y los españoles pasaron a explotar la velocidad de Pedro y Callejón. La partida de ajedrez era muy igualada.

Ganaría quien enseñara su golpe de calidad bajo el diluvio casi universal. El toque de clase lo puso Kroos con un disparo colocado que se encontró con la ayuda de Kiko Casilla y decidió el partido.

España dominó territorialmente durante cuarenta minutos durante los que Alemania amenazó con ráfagas de ataque. La primera ocasión del encuentro la protagonizó, con esa táctica más sencilla, Volland, que casi sacó petróleo de un error de marcaje de Azpilicueta. El susto fue bueno para el equipo de Vicente del Bosque, que reaccionó con una mayor consistencia defensiva. Y Nolito comenzó a ganarse los aplausos de la afición celtiña con sus internadas. Isco era el surtidor de pases.

Aunque Kroos intentó crear miedo con sus centros medidos a Muller y Gotze, buscando los huecos a la zaga española, la verdad es que el control del partido era de Bruno, Busquets e Isco, con el apoyo de Ramos atrás.

Alemania se echó atrás con descaro. El problema era romper esa muralla. Morata se salió del centro del área y jugó por las bandas para intentar desorientar a los centrales, Mustafi y especialmente Howedes, que sufrió ante las galopadas del canterano madridista. El centro del campo español funcionaba bien. Isco enlazaba con Bruno Soriano. Faltó que Isco ligara fútbol con Raúl García para sacar jugo de todas las acciones ofensivas.

El contraataque alemán dejó evidencia de la calidad de la campeona del mundo en Brasil. Gotze protagonizó un disparo desde el borde del área que Casillas despejó con una mano derecha alimentada de reflejos. Los hombres de Joachim Low llegaba poco pero, cuando atacaban, generaban ocasiones de gol. Buscaban el error de los españoles para fabricar una oportunidad en cuatro pases. Un fallo de Bruno al arriesgar un centro suscitó una contra que Bellarabi no supo rematar.

Camacho debutó en la selección española como relevo de Busquets en el eje defensivo del equipo. Sin «Busy», sin Ramos y sin Piqué, la selección alemana hizo valer la superioridad física para imponerla progresivamente bajo la pesadez del césped. Nolito contestó con un golpe franco que permitió lucirse a Zieler. El contragolpe era ya la estrategia de España bajo un campo rápido, empadado, listo para el ataque fugaz. Isco era el lanzador en profundidad. Y Nolito, el delantero más activo. Penetraba por la banda izquierda y hacía sufrir a Rudiger. El centro del campo, no obstante, era alemán. Kroos y Khedira imponían su ley, el toque y la fuerza, aunque el resto del equipo no les acompañó. A Isco le pasó lo mismo.

Del Bosque quiso aprovechar a sus hombres rápidos en este cambio estratégico en favor del contraataque. Callejón y Pedro ocuparon las bandas con la meta de romper la zaga germana con los centros de Isco. Consiguió retrasar al conjunto de Low, que vislumbró el problema.

El centrocampista malagueño le dio un pase de gol a Pedro que el canario desperdició al buscar un tiro alto y con efecto. Fue la última gran oportunidad española. A la contra, España recuperó el mando con esa velocidad que obligó a los rivales a echarse atrás. Hasta que Kroos, con ese toque de distinción, acabó con la ilusión local. El alemán marcó la diferencia, en los últimos segundos del encuentro, con un tiro raso que sorprendió a Casilla.

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