Ciclismo

Sangre y supervivencia en el Tour

Cuatro caídas colapsan la tercera etapa ganada por Merlier. Roglic y Supermán López pierden tiempo. Thomas, con el hombro dañado

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El Tour es el Tour, y no hay modo de cambiarlo. La frase pertenece a Mario Cipollini, el velocista de los noventa que, aupado por su tren rojo, solía avasallar en el Giro y la Vuelta y sufría para ganar en el Tour. El Tour no perdona, siempre esconde un agujero, una trampa por la que despeñarse o padecer. La tercera etapa fue una ruina, cuatro caídas sacudieron al pelotón , a los favoritos (Roglic, Thomas, Supermán López), a los ojos de los espectadores que veían aquella gincana con la mirada despavorida. Día de agotamiento, estrés y supervivencia con victoria de Tim Merlier, segundo trofeo en tres días para el Alpecin, equipo del líder Van der Poel e integrante de segunda división.

El Tour no espera, no mira el dorsal y carece de sentimientos. Es así desde que la memoria alcanza a cada aficionado. Siempre la ansiedad, la angustia transformada en velocidad, un carrusel que avanza y arrolla, y que convierte en ciclismo en una carnicería.

Etapa de transición, proclama el tópico de los papanatas que llaman a esto la serpiente multicolor. No hay transiciones en el Tour , sino ejercicios de supervivencia a diario. Camino de Pontivy, el pelotón convivió con la tensión de la incertidumbre y el nervio suelto.

Cuatro caídas retrataron la imagen de un día patético, que simboliza la esclavitud de este deporte único y maravilloso. A Geraint Thomas, vencedor del Tour 2018, se llevó por delante una caída que le dejó tocado el hombro. A Primoz Roglic, ganador de dos Vueltas a España , líder del Tour 2020 hasta el penúltimo día y favorito en esta edición, se le clavó el asfalto en la cadera, diez kilómetros de la meta. A Supermán López, número uno del Movistar, le persiguió de nuevo el mal fario con el que pisa en este Tour. Un enganchón y más tiempo de pérdida. Y a Peter Sagan se lo merendó la impetuosidad de Caleb Ewan, favorito para ganar al esprint en un grupo tan reducido que aquello parecía una etapa de montaña. Todos al suelo, a lamer heridas durante la noche.

La cadena de sucesos, rasguños, heridas, dolores y sangre dejó a Roglic con una pérdida de 2 min y 49 seg. en meta, 55 de retraso respecto a Pogacar y Thomas. Lo mismo que Supermán López, quien ya acumula una pérdida de más de tres minutos en la general en tres etapas. Enric Mas, el escalador mallorquín, ha salvado dos días cruciales con el grupo principal. Tal vez haya empezado a cambiar su suerte, aunque en el Tour todo cambia en cuestión de horas.

El afortunado triunfador, Tim Merlier, mostró un gesto de prepotencia insólita en la meta, mandando callar a no se sabe quién . «Era un gesto que habíamos previsto por la mañana», dijo.

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