«Purito» Rodríguez: «Hay que saber decir basta»

El hall del hotel Roc Blanc en Andorra estaba lleno. Murmullos. Algo pasaba. La familia y los amigos de «Purito» Rodríguez hacían corrillos. Voces bajas. Querían ocultar su emoción. El ciclista catalán empezó a hablar: «Es mi última temporada de competición, que... (se emociona y le aplauden). Perdón. Ehh... He disfrutado mucho de este deporte (voz trémula)... Pero llega un momento en el que hay que decidir que se acabó. Y prefiero dejarlo en un nivel alto. Es el deporte que me lo ha dado todo. Mi familia me enseñó a vivirlo de una manera muy especial y eso es lo que yo he tratado de transmitir en la carretera. No cambiaría ni un segundo de lo que he hecho a lo largo de mi carrera.

Espero haber hecho disfrutar a todos con mi ciclismo».

-¿A qué aspira en su último Tour?

-Daré el máximo, pero eso no tiene nada que ver con la retirada. Siempre he dado el máximo en cada carrera, o luchando por la general o ayudando a un compañero. Yo veo el ciclismo de una manera: corro para disfrutar. Me iré del Tour feliz lo acabe en el podio o en la octava posición.

- Es quinto en la general, ¿cambiaría de idea si lo gana?

- No, me iría del ciclismo ganando una vuelta grande, que es lo que le falta.

- Está en la cima, ¿por qué se va?

- POrque tengo 37 años, porque llevo 17 temporadas como profesional, porque lo quiero dejar con buen sabor de boca. Con el recuerdo en la afición de que he sido un buen ciclista. También mi familia merece disfrutarme. Dejo el ciclismo profesional, pero no el ciclismo. Espero seguir vinculado a él toda la vida.

- ¿A qué aspira en su último Tour?

- Daré el máximo, pero eso no tiene nada que ver con la retirada. Siempre he dado el máximo en cada carrera, o luchando por la general o ayudando a un compañero. Yo veo el ciclismo de una manera: corro para disfrutar. Me iré del Tour feliz lo acabe en el podio o en la octava posición.

- ¿Saborea cada momento de este final?

- Da poco tiempo. En carrera vas sufriendo. En la etapa de Andorra noté un apoyo brutal. A partir de ahora, que ya se sabe que me retiro, seguro que los ánimos serán todavía mayores.

- Se apaga su generación, la de Valverde, Samuel, Contador...

-Tenemos una edad. Samu tiene un año más. Hay que saber decir basta. La misma pena que me da ahora me daría el año que viene.

-¿No se ha planteado seguir con un papel más secundario?

-Eso ya lo hice antes y lo sigo haciendo en algunas carreras. Noto que tengo las mismas ganas que el primer día cuando en el 2000 me llamó Manolo Saiz para decirme que iba a ser ciclista profesional. Sigo mirando los recorridos con lupa. Mantengo la ilusión de cuando tenía veinte años... Pero ha llegado el momento.

-¿Subir al podio del Tour es el mejor recuerdo?

-Tengo muchos, muchísimos. El 2012 fue especial. Las victorias en Lombardía... Incluso el Mundial de Florencia (acabó tercero porque su compañero Valverde no supo sujetar a Rui Costa) está en mi memoria, aunque sea un recuerdo negativo que no podré olvidar en toda mi vida.

-¿Qué imagen cree que ha dejado en la afición?

-La de un corredor activo, valiente. Con un forma de ser abierta.

-¿Teme que le recuerden más por derrotas como las de la Vuelta y el Giro en 2012 o el Mundial en 2013?

-Si miro atrás, no me fijo en lo malo. Si vuelvo a 2005 recuerdo el premio de la montaña que gané con el equipo Saunier Duval. No me acuerdo de si me caí en la París-Niza. Claro que tengo espinas, como no haber podido ganar la Lieja-Bastogne-Lieja. Lo que pasa es que siempre había un corredor que andaba más que yo.

-¿Cómo es el calendario de su despedida?

-He elegido este año para irme porque es muy especial. El Tour llega a Andorra, donde vivo, y me motivan muchísimo los Juegos Olímpicos, que se disputan sobre un circuito durísimo. Me gustaría que los Juegos fueran mi despedida. El plan es correr los Juegos y la Vuelta a España, pero antes hay que ver cómo acabo el Tour. No quiero ir a una vuelta y despedirme sufriendo.