Ciclismo

A Landa le queda una bala para ir a por el Giro

El español se jugará su ataque al líder Carapaz en la penúltima jornada, antes de la crono final, en la que en principio cuenta con ventaja el ecuatoriano

Hindley, Carapaz y Landa, los tres favoritos, durante la etapa AFP

P. Lodeiro

A Mikel Landa le debe de quedar una última carta en la manga para ejecutar su asalto al Giro. Tanto él como el líder Carapaz y Hindley, los tres grandes candidatos, optaron por la precaución, porque una caída o el más mínimo percance pueden dinamitar semanas de trabajo. Se miraron pero no se atacaron, al menos no de manera definitiva, y el trío optó por decidir su destino en la dura etapa de montaña del sábado, en la que Landa debe tener afilado el colmillo, pues el Giro cierra con una contrarreloj, donde en teoría es superior Carapaz. Ganó el neerlandés Bowman en la antepenúltima etapa tras un igualado final.

Se dirige el pelotón, fatigado, hacia la frontera de Italia con Eslovenia, tierra de campeones y caníbales como Primoz Roglic y Tadej Pogacar. No están las grandes estrellas en este Giro, que domina con puño de hierro Richar Carapaz , perseguido de manera infatigable, eso sí, por el australiano Jai Hindley y el español Mikel Landa, que una vez más intentaron tambalear al ecuatoriano, firme en sus aspiraciones pese a la presión de sus enemigos. Etapa de valientes que ya no tienen nada que perder, como Simon Yates, que tejió numerosos ataques entre Marano Lagunare y el Santuario de Castelmonte, 178 kilómetros de montaña rusa, con tres puertos y llegada en alto.

Vendrame, Valter, Schmid, Topnelli y Bouwman libraban una guerra tremenda por llevarse la victoria en la 19ª etapa, pero la auténtica fricción se encontraba en el grupo por la 'maglia' rosa. Carapaz, Hindley y Landa se miraban directamente a los ojos. Una especie de Guerra Fría, más de miedo que de acción real, pero muy atractiva en cualquier caso. No fue hasta una de las últimas subidas cuando Landa desenvainó. El vasco, más para medirle el pulso al líder que otra cosa, pedaleó con fuerza en el desnivel, una especie de previa de lo que espera mañana, la batalla final. Le aguantaron el ritmo Carapaz y Hindley, y la cosa no fue a más.

El rock and roll se tocó en la línea de meta, precedida por una serie de curvas de lo más angustiosas. Vendrame, tras algún que otro roce de manillares, no pudo virar y se fue contra la publicidad mientras que Bouwman , que ya había mostrado su intención de triunfar en la jornada con varios intentos de escapada, se descorchó finalmente para dejar atrás a todos sus rivales. Se asegura el neerlandés el Gran Premio de Montaña y el triunfo que precede a la tormenta. Mañana, el Giro encara su final.

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