Solanas y umbrías

Indignación y desamparo

El colectivo rural siente abandono, si no acoso, del Gobierno y sus socios actuales

Pablo Capote

Que me perdonen nuestros colegas ucranianos. Parece incluso frívolo hablar de unidad y lucha al tiempo que la Asociación de Cazadores y Usuarios de Tierras de Caza de Ucrania emite un mensaje a través de Facebook en el que insta a sus seguidores a ofrecer resistencia armada al ejército ruso en armonía con las administraciones militares locales.

Ciertamente, comparado parece insustancial. Pero en España los cazadores también afrontamos un conflicto y estamos convocados el 20 de marzo en Madrid a una manifestación en defensa del mundo rural y la caza, que partirá a las 11 de la mañana de la Puerta de Alcalá y, recorriendo la Castellana, finalizará en la fuente de San Juan de la Cruz, frente al Ministerio de Transición Ecológica.

El motivo: denunciar la sensación de desamparo y la indignación del colectivo rural ante el abandono, si no acoso, del Gobierno actual y sus socios.

Además de los cazadores, a la concentración asistirán otros colectivos que desarrollan su actividad en el campo, hoy en gran parte ‘vaciado’, como los de la agricultura, la ganadería o el taurino.

Es cierto que si conseguir unir a un sector tan heterogéneo como el de la caza nunca fue fácil (los intereses dentro del colectivo son muy variados y muchas veces contrapuestos), juntarlo a sectores cercanos relacionados con el mundo rural dificulta aún más el asunto. Eso sin tener en cuenta la continua manipulación política por unos y otros de una actividad que debería estar al margen de cualquier tendencia.

En estas protestas, a medida que aumentan las reivindicaciones se reduce la posibilidad de consenso y peligra el impacto de la protesta. En estos momentos la reforma del código penal, el anteproyecto de la Ley de Derechos de Bienestar Animal, si la PAC debe enfocarse en uno u otro sentido o si el Gobierno es de uno u otro signo político son asuntos secundarios frente a ese denominador común de indignación y desamparo que mencionaba. No es el momento para el enfrentamiento; ya tendremos tiempo de discutir entre nosotros con los agricultores o los ganaderos, a los cazadores nos sobran los motivos. Pero hoy es otro el objetivo.

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