Especie cinegética

El debate sobre el ganso del Nilo como especie cinegética

Pese a los informes alarmistas sobre su cada vez mayor presencia en aguas europeas, sigue sin autorizarse su caza

Jaime Arana

En España, el  ganso del Nilo  está oficialmente considerado como una especie exótica invasora según el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras del actual Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Esta bella especie, originaria de África, fue introducida en Europa en el siglo XVIII como ave exótica ornamental, principalmente en Gran Bretaña, Alemania, Italia y algunos países nórdicos. Las primeras citas oficiales en España de esta anseriforme fueron un ejemplar cazado en Valencia en 1968 y una pareja en Toledo en 1979, todos ellos probablemente escapados de cautividad.

Han pasado tres siglos desde que se introdujo en nuestros países vecinos y hoy en día es un ave que forma parte de su entorno natural, está perfectamente establecida y no se conoce ningún impedimento para que conviva con el resto de especies que habitan las zonas húmedas. Aun así, la rigurosa normativa europea sigue sin autorizar su caza, incluso poniendo encima de la mesa censos de hasta 10.000 ejemplares en los Países Bajos o los 16.000 que suman entre Bélgica y Alemania, todos establecidos de forma sedentaria, ya que no es un ave migratori a como muchos de sus parientes cercanos. Pero no vayamos a pensar que vamos a conseguir erradicar este ganso foráneo de nuestros campos por mucho que nuestra ecológica Administración se empeñe en hacerlo con métodos propios poco efectivos; es imparable la expansión que está teniendo en toda la península ibérica, pensemos que es un ave con polladas de hasta ocho individuos.

Galicia, Cataluña, las dos Castillas, Extremadura y Madrid concentran la mayor población de gansos del Nilo y las cifras oficiales en España ya hablan de miles de ejemplares ; pero como sigamos sin poder cazarlos puede suceder como con las cotorras argentinas, que pasaron de ser una especie accidental a su actual población por encima de los 20.000 individuos concentrados fundamentalmente en cascos urbanos.

Los planes económicos de las comunidades autónomas designan ridículos presupuestos con el fin de callar a las organizaciones ecologistas, que echándose las manos a la cabeza insisten del peligro de desplazamiento de especies nativas por causas del incremento de las poblaciones del ganso del Nilo. Todo vale en los estudios que estas organizaciones presentan de manera contundente, incluso he llegado a leer que el ganso del Nilo es capaz de desplazar a las poblaciones de estornino pinto de sus hábitats; pero, que yo sepa, el estornino pinto no es palmípedo y nadar, lo que es nadar, aún no ha aprendido.

Ante esta situación tan alarmista por parte de las organizaciones ecologistas y viendo lo que ya es incontrolable en los demás países europeos, la Administración tendría que dejar participar a los cazadores de acuáticas en el control poblacional del ganso del Nilo e incluirlo como especie cinegética. Ya sé que estamos muy mal vistos por su parte, pero si queremos que este incremento sea gradual y no exponencial deberían pedirnos ayuda y cuanto antes mejor. En los cazaderos de acuáticas que frecuento en Castilla-La Mancha, es raro el día que no veamos una o dos parejas de gansos del Nilo volar por encima de los puestos. Hace años los conocíamos por esas guías de aves que tanto hemos manoseado, leyendo y releyendo cada ficha para poder identificar alguna especie rara, pero hoy en día el ganso del Nilo ya no es excepcional.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación