Cádiz CF

Divorciados con el gol

Se valora y se agradece que Cervera haya cambiado el planteamiento para buscar mejorar por otro sendero

Pepe Reyes

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José Mari cae derribado en un lance ante el Sporting.

Las jornadas se suceden, la necesidad apremia, el futuro se angosta y el Cádiz CF sigue sin ganar. La inexorable tabla clasificatoria, con la impasible gelidez de su jerarquía, nos ubica ya en el ámbito fatal de la zozobra y el sufrimiento. Tantos partidos sin sumar los tres puntos conlleva una dramática factura, por lo que urgen soluciones que conduzcan al camino de la reacción.

Y éstas parecen haberse intentado en los dos últimos encuentros disputados, en los que se ha cambiado el sistema y hasta la posición de determinados jugadores sobre el campo. Advertido el agotamiento de una determinada forma de encarar los duelos , con los extremos muy abiertos y un delantero de referencia arriba, con la que se buscaba la sorpresa de la velocidad por las bandas, se ha optado por el experimento de un juego más combinativo, de mayor elaboración en el medio del campo, con el que se generen unos huecos que deben ser aprovechados por los hombres de vanguardia.

Si al primero de los procedimientos, que tantos éxitos nos reportó, los rivales habían encontrado su antídoto mediante el repliegue de sus líneas y el cierre de espacios en los costados, también con el segundo hemos comprobado la manera que puede ser bloqueado: la presión adelantada y asfixiante que impida la salida limpia del balón. Circunstancia ésta que pudo ser observada con claridad el pasado domingo frente al Sporting. Con el agravante de que cualquier pérdida del esférico en campo propio puede acarrear fatales consecuencias.

Sea como fuere, lo más destacado y valorable consiste en que haya sido el propio Cervera el que ha rectificado sobre sus arraigadas certezas e invariables planteamientos para buscar soluciones por senderos diferentes. Cualquier vía puede ser la correcta si al final de su trayecto encontramos la victoria. Objetivo para el que se antoja imprescindible eludir ese ominoso divorcio que se tiene con el gol, reconciliarse con él a base de mostrar mayor serenidad, seguridad, acierto y aplomo en los metros finales. El día que ésto ocurra, marcará el inicio irresistible de la esperada reacción.

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