Cádiz CF

Cádiz CF- Ponferradina (Previa) El curso de la discordia abre telón

Carranza abre hoy la temporada 19/20 en mitad de un clima dividido por una afición que debe respetarse

Alfonso Carbonell

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Ya está. Se acabaron las pruebas, las especulaciones y los dimes y diretes. Comienza la acción. Carranza abre su telón a una temporada que bien podría ser bautizada como la de la discordia. La discordia entre ‘cerveristas’ acérrimos y ‘cerveristas’ agnósticos. La discordia entre un entrenador y una directiva que aunque deben remar (y así lo hacen en teoría) en la misma dirección lo hacen sin ir al unísono, con todo lo que ello conlleva. La discordia entre los objetivos que el entorno impone y los que desde el vestuario se piensa. Discordia, mucha discordia. Por mucho desde que las altas instancias y las declaraciones públicas e institucionales quieran aparentar lo contrario. Porque, más allá de los ‘sí guana’, el buen rollito en este club no se lo cree ni dios...

Y es que la discordia ha sido, lleva siendo, la nota predominante en un club en el que sus máximos accionistas andan peleando como el perro y el gato en la justicia desde hace tiempo. Y lo que es peor, dirimiendo en tribunales y poniendo en boca, y toga, de todos el nombre de un club centenario que quién sabe podría salir escaldado de las peleas judiciales entre sus dos cuidadores.

En definitiva, mucha discordia en mitad de un club que debería estar disfrutando de lo lindo consolidado en Segunda A tras años de infierno en la ingrata Segunda B, esa categoría de la que todo el cadismo huye entre reproches de unos contra otros. Que ya les vale. A saber...

Y ahí, en medio de todo, anda una persona que es la máxima responsable de que todo este cuento de hadas se esté dando. Su nombre es Álvaro Cervera, y aunque tiene una personalidad muy fuerte y que, llegado el caso, puede convertirse en una caja de bombas, es sobre quien descansa que este equipo no se vaya a la deriva en caso de que lleguen curvas. Que van a venir. Y muchas.

La pasión de Cervera por Cádiz, por la idiosincrasia de su gente; su amor a los colores que le han devuelto la vida en su profesión, hace que Cervera esté armándose de paciencia y devoción para no romper la baraja.

Basta ver el equipo que le están confeccionando para imaginar que no debe estar muy contento con lo que se ha dejado ir y se está fichando. Su profesionalidad, y su contrato, con sus cláusulas, está haciendo todo lo posible porque el asunto no llegue a mayores pero el clima es medianamente insostenible. Por supuesto que nadie, absolutamente nadie, tiene la razón de su parte. Nadie. Porque Vizcaíno es como es, que ya es..., pero Cervera también se las trae.

El caso es que esta noche comienza una Liga, la de la discordia. Será un campeonato en el que el cadismo se va a jugar cantidad de cosas. Y lo que es más importante. No solo deportivas, sino de valores. Porque por un lado se va a ver qué pasa en el campo. Pero por otro se tiene que apreciar que va a suceder en en los despachos. Y también por otro, en la grada. Y por otro, a esto uno ya se acostumbra por desgracia, en los tribunales, que dan tanta pereza como miedo. Es lo que por lo que parece los distintos dirigentes del fútbol tienen acostumbrados a las diferentes aficiones de un fútbol que cada paso que da más colores saca. O menos. Ahí ya es a gusto del consumidor, que se tragará lo que quiera tragarse. Hay gente que apuesta y le parece bien y hay gente que lo ve un cáncer de una sociedad que galopa hasta la indecencia a base de ‘likes’.

Visto que en los despachos la cosa está dividida, rota, separada y a un paso de divorciada – lógico por la obviedad de que cuando hay dos socios que se juegan dinero lo más normal es que cada uno quiera perder lo menos posible– lo más urgente, sensato y responsable es que la afición cadista esté a la altura de las circunstancias. Es decir, dejar a un lado posturas enfrentadas. Olvidarse de los problemas de sus dirigentes, mirar hacia otro lado? cuando el equipo de Cervera destruya el fútbol y busque como equipo carroñero el error del contrario, pasar por alto los errores arbitrales y, por el bien de todos, reconciliarse .

Porque este curso parece fácil pero va a ser el más complicado de cuantos se llevan con Cervera en el banquillo . Va a ser duro. La división impera y se nota en el ambiente. Es la hora de centrarse en lo importante, lo más importante, el equipo. Los futbolistas, esos deben ser los primeros, han de ser los máximos responsables. Ningunear las redes sociales y centrarse en el trabajo diario. Ir a Carranza a darlo todo y escuchar la voz del cadismo, que es el que recibirá hoy expectante el primer duelo de una temporada que se presenta complicada.

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