CÁDIZ CF

Cádiz CF-Sporting de Gijón (0-0): El Cádiz deshoja la margarita

Sí lo quiero, no lo quiero, sí, no, sí, no... el equipo amarillo arranca los pétalos de uno en uno con tantas certezas como incertidumbres

José María Aguilera

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Salvi en el partido ante el Sporting

Sí lo quiero, no lo quiero, sí, no, sí, no... El Cádiz CF deshoja la margarita y va arrancando los pétalos de la flor uno a uno. Va llegando al tallo en un mar de dudas que afloran a cada instante. El juego no invita a soñar, pero el orgullo es un canto a la esperanza. Los complejos de la primera media hora son nefastos, si bien el empuje y la batalla del segundo asalto ante todo un Sporting alimentan la fe en estos guerreros.

En esa incertidumbre anda el equipo amarillo. Y el soriano, y el maño, el ovetense, el granadino. Porque la clasificación se ha apretado de tal manera que con un simple punto los de Cervera suben una posición en una jornada que refleja como la terna de cabeza ha puesto pies en polvorosa. A los de Carranza le cuesta horrores sumar una victoria, de ahí que estos pequeños pasitos al final sirvan para hacer camino. El dolor de la decepción se adivinaba en los rostros de unos jugadores abatidos con el pitido del colegiado, aunque seguro que en las horas venideras comenzarán a valorar este empate.

En lo futbolístico, el Cádiz CF comienza a ser hasta 'demasiado fiel' a sí mismo. Se ha creído en exceso su modesto discurso y tarda en comprender que puede ganarle a cualquiera (como puede caer en Reus o empatar ante el Lorca). 30 minutos necesitaba para reactivarse, y por actitud merecía más en la reanudación. ¿Será suficiente con todo esto? La eficacia defensiva -otro día más con Cifuentes imbatido- es un argumento excelente, pero resta mucho jugar sin gol en las botas.

Sorpresa en la alineación del Cádiz CF

Cervera frotaba sus gafas, empañadas por la irregularidad del último mes, y agitaba el plantel en su búsqueda de un once equilibrado. Con defender ya no es suficiente, y el gol se plantea como asignatura pendiente de un ejército sin ariete. Probaba con otro experimento, con Carrillo por detrás de Barral y las bandas abiertas, una nueva opción que a estas alturas es síntoma de desconcierto.

Abdullah interpretaba el papel de Álex, a su excéntrica manera, y Mauro dejaba en el banco a Servando momentáneamente, hasta que la lesión muscular de Keco reincorpora al capitán al verde. Así alineaba las piezas sobre el tapete el técnico, incapaz de reencontrar la fórmula mágica.

Porque su plan sobre el papel sería bien distinto al que luego se plasmaría en el césped. Atrapado en un discurso que de humilde se transforma en victimista, el Cádiz CF se muestra como un equipo acomplejado, timorato. Una cosa es entregar el balón, otra bien diferente regalar metros.

El Sporting se recreaba con el cuero ante un adversario que se sentía inferior. Sólo Alvarito y Salvi driblaban ese mensaje, con la pretensión de hacer algo distinto, de salirse del guion. El resto, salvo honrosas excepciones, aguantaban sin descoserse ante la calidad rojiblanca de medular hacia adelante.

Las únicas insinuaciones al gol llegaban a balón parado, con remates desviados. Al menos, persiste la fortaleza defensiva, que frenaba al rival aunque demasiado cerca de Cifuentes. Kecojevic se echaba la mano a la parte posterior del muslo y la entrada de Servando no alteraba el orden.

Rubricada la permanencia, este Cádiz CF puede permitirse el lujo de regalarse una alegría, de soltarse . En un arrebato de orgullo, superada ya la media hora, los jugadores daban el necesario y demandado pasito adelante para afirmar con rotundidad que todavía no está muerto. La ocasión la disfrutaba Carrillo a centro perfecto de Brian, pero los delanteros continúan peleados con su objetivo. Y así poco se puede hacer.

Cádiz CF-Sporting de Gijón: Cambio de chip en la segunda mitad

Alvarito, con dos regates y un zurdazo, marcaba el camino a seguir para la segunda mitad. Y en ese salto desde los vestuarios se percibía una mayor ambición. Los amarillos mordían en el centro y se lanzaban por banda, a la espera del remate. Y a falta de delantero, Garrido se elevaba en un saque de esquina para conectar un tremendo cabezazo, repelido por Mariño y el larguero en una espectacular parada del meta esportinguista.

El arreón lo frenaba el linier, que perdía el conocimiento tras un choque fortuito en la banda con Fausto Tienza . Quedaba en un susto aunque con el asistente fuera de combate. El pequeño parón no variaba el panorama y el Cádiz CF seguía lanzado a por su golito. Los cadistas mudaban su rostro mustio por otro mucho más competitivo.

Dani Romera relevaba a Barral. Lástima que no oliera esa primera asistencia de Abdullah. El choque se animaba porque los asturianos también querían todos los puntos en disputa y estiraban líneas, abriendo huecos. Y el Cádiz CF ya no se arrugaba.

Isma López le concedía una vida al Cádiz CF en los últimos instantes con un error inexplicable. Aire para un equipo que sufría a Carrillo en la mediapunta. Y aún así no se entregaba. Carranza apretaba y los amarillos quemaban sus últimos cartuchos. A la desesperada, como fuera. Y no fue. Así que sólo queda seguir deshojando la margarita. ¿El play-off de ascenso? Sí lo quiero, no lo quiero, sí, no, sí, no...

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