Remontada blanca rumbo a la Final Four

A falta de dos minutos, el Real Madrid perdía por siete (75-82), pero todo el Palacio seguía creyendo. Incluso cuando entró en pista Sergio Rodríguez, cero puntos por entonces y un balance desolador de tres pérdidas y cero asistencias. El canario, quizá el peor jugador del partido hasta ese momento, se atusó la barba. Tranquilo. Pisó la cancha y algo cambió. Ayón recibió un pase y estrechó la diferencia. El propio Chacho anotó su primera canasta, un triple que anticipaba la locura, desatada poco después por Felipe Reyes, cuyo triple puso al Madrid por delante en un minuto fugaz. Mágico (83-82). Con él, puso fin a la resistencia del Efes, que ha estado cerca de ganar los dos partidos en Madrid, pero que se vuelve a Turquia con la serie cuesta arriba (2-0) y la obligación de ganar los tres próximos partidos para estar en la Final Four.

Aunque estaba advertido, el Real Madrid volvió a cometer los mismos errores que le hicieron sudar tinta para lograr la victoria en el primer partido de la serie ante el Efes turco. Si entonces había sido KC Rivers el que había rescatado a los blancos, ayer el héroe fue Sergio Rodríguez, salvador para poner el 2-0 en la eliminatoria antes de viajar a Estambul.

El inicio arrollador de los blancos (22-11, min. 8), con Rudy ya de vuelta, encontró respuesta en las manos de Krstic (un gigante que terminó con 23 puntos), al que Bourousis le allanó bastante el camino. La falta de intensidad del Madrid bajo los aros quedó reflejada en el escandaloso balance reboteador al descanso (12-25 a favor del Efes) gracias al que el los azules construyeron un parcial que les puso diez arriba poco antes del descanso (30-40, min. 19).

La experiencia blanca, avalada por los resultados recientes, llamaba a la calma. Acostumbrados a la remontada, los de Laso alargaron más que nunca el suspense (45-62, min. 26). Fue entonces, con el choque casi perdido, cuando Laso se la jugó con Reyes (3 faltas), Llull y Rudy. Los tres cambiaron la cara al equipo de un plumazo. Empezando por la defensa, agresiva con presión a toda cancha por momentos, y con más presencia de los pívots en ataque.

Así se cimentó el primer milagro blanco (sin el que hubiera sido posible el segundo). Canasta a canasta, ante la desesperación de Ivkovic, que no se podía creer el apagón de su equipo. La distancia fue haciéndose más pequeña a medida que se incrementaban los decibelios en el Palacio y un triple sobre la bocina de Llull, al terminar el tercer cuarto, puso en pie a la afición blanca, entregada ya por entonces a la causa (63-66).

Un triple de Rivers culminó la remontada blanca (68-67, min. 32), pero al Efes le quedaba vida. Se había conseguido lo más difícil, pero los blancos volvieron a caer en la trampa. Una técnica a Ayón y la cuarta falta de Felipe Reyes desconcertaron al equipo y Perperoglou lo aprovechó para certificar un 8-0 que volvió a poner contra las cuerdas al Madrid (68-75, min. 34).

Era tiempo de creer y para eso este Madrid va sobrado. A pesar de la errática noche desde el tiro libre y el triple, los de Laso no bajaron los brazos. El técnico se encomendó a un Sergio Rodríguez inédito hasta el momento, que en su primera intervención, desde el 4,60 volvía a evidenciar su mal partido. Le dio igual. Es lo que tienen los genios. Siguió creyendo y ahí comenzó el espectáculo final. El enésimo milagro. Dos triples consecutivos –uno del canario y otro del capitán- lancearon de manera mortal al Efes. El resto, es historia. La que pone al Madrid en la senda de la Final Four, a la que llegará con un máster de cómo sufrir cuando las cosas se ponen complicadas.