El Real Madrid se allana el camino hacia la Final Four

El Real Madrid certificó su pase a cuartos de final de la Euroliga con más dificultades de las previstas ante un combativo Zalgiris que solo se hundió en el último cuarto. Hubo cierta congoja en el Palacio, sofocada en una gran segunda mitad del Real Madrid, que jugó con fuego durante muchos minutos, pero que finalmente allanó mucho su camino hacia el título con su victoria de anoche ante el Zalgiris. Los lituanos, muy tímidos en el inicio, aprovecharon el relax blanco para poner contra las cuerdas al principal aspirante al triunfo final, que tiró de sus mejores armas para sacar adelante el choque y certificar su primer puesto del grupo E.

Ese que le permitirá evitar unos cuartos de final temibles ante el Olympiacos –que será el rival del Barcelona– y un hipotético cruce en la final Four ante el CSKA o los catalanes en el primer acto de la Final Four.

Para llegar hasta ella, el Madrid deberá eliminar en cuartos de final al Efes turco, quizá el equipo más débil de todos los que se han clasificado para esa ronda. Era el premio que tenía el liderato del grupo y por el que los blancos salieron a pelear desde el primer minuto. Laso puso en la cancha a sus mejores hombres en el salto inicial con la única ausencia de Rudy Fernández, aún lesionado por un problema en la espalda. Entre Llull y Sergio Rodríguez, fabricaron diez minutos de gran juego con Ayón y Felipe Reyes como principales receptores de sus pases. Funcionaba el Real Madrid en ataque y también en defensa, ante un timorato conjunto lituano demasiado individualista.

La actitud blanca cambió de manera radical con los cambios. Los triples del Zalgiris empezaron a entrar y el choque se igualó tanto que al descanso mandaban los visitantes por tres puntos (40-43). Defensa laxa y falta de comunicación, errores detectados por Laso y suplidos tras el paso por los vestuarios.

Difícil para el Barcelona

Facundo Campazzo fue el antídoto utilizado por el técnico madridista para paliar los males del equipo. El argentino, intrascendente durante casi toda la temporada, insufló aire fresco al conjunto blanco y contagió su espíritu combativo a sus compañeros. El acierto de Llull fue el complemento ideal para sellar la remontada madridista (68-62, min. 30) y encarar el último cuarto sin apreturas. Fue ahí donde apareció la magia del «Chacho», desmelenado, con la que el Madrid rompió de manera definitiva un partido que le sirve como enseñanza de cara a la Final Four, donde toda la presión será para ellos.

Al Barcelona no le sirvió de nada su triunfo ante el Galatasaray y la segunda plaza del grupo, por detrás del Madrid, le condena ahora a una serie de cuartos de final muy complicada ante el Olympiacos, con el único alivio del factor cancha en una eliminatoria que comenzará esta misma semana en el Palau.