Jon Rahm cierra el año a lo grande

Jon Rahm no dejó escapar la oportunidad de acabar a lo grande su año mágico. Después de ganar en enero ( San Diego ) y julio ( Irlanda ), arrancaba la última ronda de la final de Dubái a un golpe del líder Justin Rose . Y, como prometió en la víspera, salió decidido a ganar en el cierre de la temporada europea.

Para cumplir su objetivo optó por utilizar una de sus mejores armas, la paciencia. Aunque el carácter explosivo del vasco le haga perder a veces los papeles, estas situaciones negativas no le afectan a su juego. Es más, parece que le estimulan para apretarse las tuercas y sacar lo mejor de sí mismo cuando más lo necesita. Él sabe que los torneos duran cuatro jornadas y que cada una de ellas consta de 18 hoyos, por lo que debe esforzarse en cada momento y nunca tirar la toalla. Como no lo hizo en los nueve primeros hoyos , cuando se vio a tres golpes del inglés .

Pero, como se suponía, la presión también le tenía que llegar al campeón olímpico. Su juego hasta ese momento (32 golpes en los hoyos de ida) había sido de tiralíneas y tarde o temprano tendría que llegarle algún tropezón. El campo de Jumeirah no estaba tan fácil como en las rondas previas y en algún momento se levantó una brisa que dificultó la lectura de los jugadores. En el caso de Rose, además, se sumaron los problemas del juego con los nervios de ver cómo se le esfumaba la ventaja en el torneo y, por ende, en su lucha por el número uno del ránking.

Como Tommy Fleetwood , que había llegado a Dubái en el primer puesto, estaba pinchando en la última ronda, Justin dependía de sí mismo para coronarse como el mejor del año. Pero no contó con el miedo extra que le iba a meter en el cuerpo Rahm en los hoyos finales. El español hizo birdie en el 10 y en el 14 , lo que se unió a un bogey del británico en el 14 y ambos empataron en cabeza . Además, se unieron a la fiesta otros actores como los sudafricanos Burmester y Fritelli e, incluso, Sergio García , que a falta de un agujero llevaba una vuelta impresionante de ocho golpes bajo par. Lamentablemente, un error en el 18 le relegó a la cuarta plaza (-17).

Con la adrenalina a tope, Jon vivió sus mejores momentos. Embocó los pares que tenía que lograr y, sin pinchar en ningún hoyo, selló las banderas de cierre con el carisma de un ganador. Èn el hoyo 16 firmó un birdie decisivo que le dio el mando en solitario (-19) y ese fue un objetivo casi inalcanzable para los demás. De hecho, sus rivales más cercanos fueron cayendo por el camino y su llegada al hoyo 18 fue un paseo triunfal. Al final le sobró un golpe para conseguir su tercer triunfo del año y el noveno del golf español en los grandes circuitos mundiales. «Jugar de la manera en que lo he hecho en el fin de semana (menos doce en los últimos 36 hoyos) y espcialmente no cometer un solo error el domingo es algo que me enorgullece mucho -declaró el de Barrica -. A primeros de temporada ni me imaginaba poder estar en esta final, o sea que venir y ganarla es una sensación increíble».

Con este segundo Rolex Series que gana, algo que nadie ha logrado, Rahm termina tercero en la lista europea y asciende al cuarto puesto mundial . Previamente había acabado quinto en el PGA Tour. Ha conseguido firmar un año para enmarcar, igual que Fleetwood , que se coronó número uno europeo por delante de Rose.