Alpinismo

La hazaña que se ha convertido en pesadilla: «Estamos atrapados a 7.000 metros»

Marek Holecek y Radoslav Groh llevan días sin poder moverse a causa de la nieve caída en las inmediaciones de la cumbre del Baruntse tras haberlo coronado con éxito

Holecek y Groh, en una imagen de archivo
Emilio V. Escudero

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No todas las grandes historias del alpinismo ocurren por encima de los 8.000 metros. Hay montañas vírgenes o poco conocidas que esconden aún rutas inexploradas y es ahí donde encuentran refugio los alpinistas que buscan el verdadero significado de la aventura. Montañeros como los checos Marek Holecek y Radoslav Groh , que hace unos días abrieron una nueva ruta en la cara noroeste del Baruntse (7.162 metros) en estilo alpino y que se quedaron atrapados durante el descenso por culpa de un ciclón que ha convertido su hazaña en una pesadilla.

« Estamos esperando un milagro », explicaban ambos alpinistas, incapaces de continuar con el descenso por la falta de visibilidad y la nieve caída en los últimos días. El ciclón Yaas continuará golpeando la montaña al menos hasta mañana, cuando debería dar una tregua a ambos.

Habrá que ver cómo llegan a ese momento, pues acumulan ya siete noches haciendo vivac (con la ayuda de un saco de dormir empapado por la climatología adversa) y las fuerzas comenzaban a fallarles. «La situación no ha cambiado, estamos atrapados a siete mil metros y no podemos movernos. Sigue nevando, el viento sopla muy fuerte y no hay visibilidad », escribían en un mensaje breve a su campo base, el encargado de dar luego información a la opinión pública.

Holecek está considerado como uno de los mejores alpinistas del mundo. Galardonado en dos ocasiones con el Piolet D'Or , siempre se ha caracterizado por sus ascensiones puras, buscando los límites y las nuevas rutas y siguiendo siempre el estilo alpino (ese que evita el oxígeno suplementario, las cuerdas fijas y los campos en altura).

La suya en el Baruntse ha sido una aventura al límite, escalando por una pared noroeste inexplorada antes y llegando a la cumbre tras seis días de vivac. « Estamos cansados como gatitos, congelados, hambrientos y sedientos. Que dios nos ayude a subir y también a descender », pedían ambos hace días. Ayuda divina que siguen implorando en espera de una tregua del tiempo que les permita iniciar el descenso.

El Baruntse se encuentra en Nepal, situado a medio camino entre el campo base del Everest y el del Makalu . Está rodeada de glaciares y es, según muchos alpinistas, una de las más bellas y de las que mejores vistas ofrece desde su cumbre. Cima que pisaron Holecek y Groh, aunque apenas disfrutaron de ella, pues debían iniciar un descenso que se ha interrumpido y que se sigue con tensión desde su campo base.

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