Los españoles brillan en los circuitos nacionales

La tremenda crisis económica de comienzos de década tuvo en el golf a uno de sus principales damnificados. Los jugadores amateurs lo sufrieron con un descenso de licencias y con el cierre de algunos campos y, los profesionales, con la supresión de los torneos en los que generaban sus ingresos. De una decena de campeonatos internacionales se pasó a apenas dos (los Open de España y poco más) debido a que los principales patrocinios procedían de organismos públicos que, ante la escasez de recursos, cortaron por lo sano.

Sin financiación posible, también desaparecieron las pruebas nacionales hasta que, gracias a la iniciativa privada, se organizaron circuitos modestos en premios pero llenos de ilusión y buenos resultados. Primero fue el femenino, que de la mano del periodista Carlos García-Hirschfeld logró el apoyo de Banesto, primero, y del Banco Santander, en las dos últimas campañas; y, después, el masculino. El año pasado arrancó el Gambito Tour, promovido por el empresario Jorge Piera, que, como en el caso anterior, tiene como triple objetivo dar experiencia a los jugadores de cara a sus primeros años de competición; prepararles para su posible salto a citas en el extranjero y también mantenerles en forma en su punto de veteranía.

Esta semana han coincidido los dos tours y se ha certificado que el golf profesional español vuelve a gozar de buena salud. En el recorrido barcelonés de Vallromanes la alicantina Silvia Bañón logró el primer éxito de su carrera en una prueba en la que siete nacionales coparon las once primeras plazas. Porque otra de las peculiaridades de estos torneos es que están abiertos a jugadores de todas las nacionalidades, lo que aumenta la competitividad y hace esforzarse aún más a los aspirantes.

Otra interesante aportación, en la que que tiene protagonismo también el deportista aficionado, es la celebración de Pro-Ams donde los profesionales y amateurs compiten por equipos en el mismo terreno. En el caso femenino se celebra como una fiesta más del evento y, en el masculino, como parte integrante del campeonato: esa tercera vuelta competitiva también les suma a los jugadores en su tarjeta.

Y eso fue lo que hizo Alfredo García Heredia en La Gomera para triunfar en el Gran Premio Fred Olsen, demostrando que se encuentra en un gran momento de forma que le puede llevar a su sueño de retornar al Circuito Europeo. Una buena piedra de toque la tendrá en menos de tres semanas en Roma, pues por vez primera se celebrará una prueba doméstica fuera del territorio español.