Deporte y salud

Riesgos ocultos del deporte

Hierba artificial y cáncer, golpes con secuelas degenerativas o columnas maltrechas para siempre son amenazas para los atletas

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El gobierno holandés ha solicitado una investigación urgente a su instituto nacional de salud para averiguar si es cierta la denuncia formulada por unos documentales (Zembla) de la televisión local. Han propagado la idea de que la hierba artificial de los campos de fútbol puede favorecer la aparición de cáncer. Estos sembrados sintéticos están construidos con caucho reciclado, en muchos casos procedente de neumáticos usados. La alarma social se ha instalado en el país de los tulipanes, ya que al menos treinta clubes de categorías inferiores han paralizado su actividad futbolística. Los padres de los niños optan por prevenir ante los riesgos ocultos que afloran en la práctica deportiva.

Los componentes del césped artificial se asocian conceptualmente a la película que puso en jaque al fútbol americano, «La verdad duele». Protagonizada por Will Smith y basada en hechos reales, narra la historia de un médico forense, inmigrante africano, que casualmente descubre el vínculo entre las conmociones cerebrales que sufren los jugadores de la NFL y la encefalopatía traumática crónica (CET), una enfermedad cerebral degenerativa inducida por repetidos golpes en la cabeza.

La película describe un universo de intrigas para tapar el mal que aqueja a muchos exjugadores, pero la realidad llegó al Congreso de los Estados Unidos. Jeff Miller, vicepresidente de la liga, admitió que existe una relación directa entre la enfermedad del CET y el fútbol americano.

Una leyenda subyace en el ideario de los médicos del deporte, expresado en palabras de Isabel Guillén, traumatóloga jefa de la unidad de pie y tobillo de la Clínica Cemtro. «El deporte es salud cuando se realiza dos o tres días a la semana, pero no cuando lo llevas al límite, como es el caso del deporte profesional», dice a ABC.

Otros estudios alertan sobre la manera en que afectan determinados deportes al cuerpo humano. En la Universidad de Oslo (Noruega) se evaluó a 260 hombres después de una prueba de resistencia en bicicleta de 540 kilómetros. El 25 por ciento, uno de cuatro, tenían problemas en el suelo pélvico que se prolongaban de una semana a un mes. La relación entre el sillín de la bicicleta y la disfunción eréctil siempre ha sido un mito en el ciclismo.

«La columna representa un peligro para las gimnastas -cuenta Isabel Guillén-. Los saltos y ese efecto de clavarse en el suelo producen un fuerte impacto en la espalda. Muchas gimnastas tienen problemas crónicos de columna toda su vida. También conviene decir que no hay deportista que se precie que no compita con dolor». Eso sucede en el caso de los jugadores de balonmano, siempre expuestos al signo de la beata, la lesión de la cara anterior de la rodilla o los dedos deformes de los artistas del baloncesto.

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