Atletismo

De Barcelona 92 hasta Tokio 2020

García Bragado, de 49 años, queda octavo del mundo y se retirará después de ocho Juegos

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Para qué engañarse, a Jesús Ángel García Bragado la noche se le hizo «muy larga». Tanto, que acabó cuando ya amanecía en Doha. Con esas primeras luces del día el español abandonaba por fin la zona de atletas del circuito de Corniche, en el paseo marítimo de la capital catarí. Atrás dejaba cuatro horas y once minutos de una carrera que comenzó poco antes de la medianoche, otra hora larga en el hospital de campaña situado en la meta y un buen rato bajo las estrellas esperando a retener el líquido necesario, ya sin vómitos de por medio, para poder pasar el control antidopaje. Toda esa odisea para dar una vuelta de tuerca más a una trayectoria legendaria en los 50 kilómetros marcha : finalista con 49 años en su decimotercer Mundial y con el cartel de seleccionable, bien por ranking o a través de la mínima olímpica, para participar en sus octavos Juegos, los de Tokio 2020, ya camino de los 51. No hay un caso igual al suyo en todo el planeta, que nadie se moleste en buscarlo.

«Ha sido muy duro», reconoció a los medios desplazados a Doha tras descansar lo justo porque «el cansancio apenas te permite dormir». «Lo que hemos pasado aquí no es comparable a ninguna otra competición», insistía, avalando la opinión de otros atletas que se han quejado con amargura de las condiciones extremas de calor y humedad que se han encontrado en las pruebas fuera del Khalifa Stadium.

En Doha, Bragado ha ejercido un doble papel como corredor y como entrenador de Julia Takacs , octava en la prueba femenina. A su pupila le recomendó salir despacio hasta encontrar el momento justo de elevar el ritmo. Él llevó la misma estrategia. Pasó por el ecuador de la prueba muy lejos de los puestos principales, pero poco a poco fue «recogiendo cadáveres» hasta acabar también octavo: «Hubo un momento en que vi que iba remontando y me hice la ilusión de luchar por las medallas. Al final me he encontrado bien y, de hecho, me he desdoblado del ganador (el japonés Yusuke Suzuki)». «Flipé cuando pregunté cómo había quedado y me dijeron que octavo», reía Takacs en la meta. «No hay quien le pare. Ya está bien, con 50 años...».

Bragado debutó en la alta competición en 1992, con una décima plaza en los Juegos de Barcelona. Un año más tarde lograba el oro mundial en Stuttgart. Tenía 24 años y estaba soltero. Hoy tiene dos hijas mayores de edad. Entre medias ha sumado otras tres medallas de plata en campeonatos del mundo (Atenas 97, Edmonton 2001 y Berlín 2009) y dos diplomas olímpicos fruto de su participación ininterrumpida en todos los juegos desde 1992. 27 años dando guerra sobre el asfalto.

Bragado se crió en la madrileña calle de los Hermanos García Noblejas, hoy rebautizada como Institución Libre de Enseñanza, en el distrito de San Blas, pero lleva media vida viviendo en Cataluña. Primero en Lérida, ahora en San Adrián del Besós . En esta localidad comenzó una carrera política que le ha llevado a ser concejal del PP en las últimas dos legislaturas. Sin embargo, en las pasadas elecciones de mayo su partido se quedó sin representación. «Cuando se cierra una puerta, se abre otra», confesó entonces, pensando ya en la total disponibilidad que tendría para preparar este Mundial. Tiempo habrá de sobra también para preparar la cita de Tokio donde, salvo nuevo giro de guión inesperado, pondrá fin a una carrera sin parangón, ejemplo de longevidad en el deporte.

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