Toros en Sevilla. Feria de San Miguel

¿Qué más tiene que hacer Morante para cortar un rabo en Sevilla?

Morante de la Puebla se ha consagrado como rey del toreo sevillano ante uno de los príncipes que se postulaban para sucederlo

Morante de la Puebla se consagró como rey del toreo sevillano Juan Flores

Jesús Bayort

Apunten la fecha de hoy: día 1 d. M. (después de Morante) . La tarde en que Sevilla, recíprocamente, se entregó al artista que con más valor ha toreado en toda la historia del toreo . La corrida en que los anales de la tauromaquia insertaron un salto de página para comenzar otro nuevo capítulo. El día en que la Maestranza dejó de ser una plaza de toros para convertirse en un manicomio .

Si no tuvieron la bendición de presenciarla, por favor, no vayan a preguntar por ella ni osen verla repetida . En la pasión no caben los análisis ni las reposiciones. Morante toreó como jamás hemos soñado los aficionados . Se arrebató con unas agitanadas verónicas, inició la faena como un torero viejo, se entregó como un chiquillo que pide una oportunidad y se rompió la cintura para torear como los ángeles . Hablando en plata: Morante devoró a todo el escalafón .

Después de veinticinco temporadas como matador de toros , Morante por fin entró por la Puerta del Príncipe del corazón de Sevilla . Ese mismo pórtico por el que los aficionados debieron sacarlo en hombros. Hay cosas que jamás entenderé: cómo una norma reglamentaria se impone al fervor popular . José Antonio Morante Camacho debería estar en estos momentos a la altura de Gelves , sobre nuestros hombros, camino de su Puebla del Río . Y todo ello, pese a la i noportuna banda de música y al tacaño presidente, quien sacó los pañuelos de uno en uno, y entre tramos prolongados, no vaya a ser que a los aficionados les diera tiempo a pedir más trofeos.

Y ahora les pregunto yo: ¿ Qué más tiene que hacer este torero para cortar un rabo en Sevilla ? Porque no se puede torear con más compás, con más valor y con más capacidad. Y por si faltaba un registro más en su tauromaquia, por momentos estuvo hasta batallero . Se empecinó en cuajar al toro y hasta que no lo consiguió, no paró. ¡Cómo se lo pasó al natural por la faja, vaciándolo atrás de la cadera! Y ojo, que después del volteretón lo mató en todo lo alto, al ralentí. Cómo no estaría de bien que hasta me acabó gustando su vestido de torero.

Y terminamos esta contracrónica, del día 1 d. M., dándole nuestro más sentido agradecimiento a Juan Pedro Domecq , por colaborar en el triunfo; y a J uan Ortega y Pablo Aguado , por e stimular al rey del toreo sevillano .

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