Feria de Abril de Sevilla 2019

Sevilla encuentra a su torero en Pablo Aguado

El sevillano, que saludó la ovación con una mata de romero, hace el toreo y sale por la Puerta del Príncipe

El diestro Pablo Aguado, en la lidia al primero de su lote EFE

Lorena Muñoz

Era el cartel de la feria . Desde que Ramón Valencia presentó las combinaciones del abono, la corrida del 10 de mayo estaba marcada en rojo en el calendario. El cuarto «no hay billetes» de la temporada se colgó por la mañana aunque el interés por el festejo había empezado mucho antes de conocer cómo se estaba desarrollando esta tardía Feria de Abril de Sevilla .

Con El Juli como único torero que había abierto la Puerta del Principe en la de Jandilla se jugaba más que los trofeos. Estaba en juego el trono de Sevilla. Para Morante y Roca Rey era su tercer y último paseíllo. El de La Puebla llegaba, como siempre, a resolver su paso por la Maestranza en el último suspiro. El peruano, después de dos serias actuaciones con una fuerte petición de rabo. Cerraba la terna la gran esperanza del toreo sevillano, un Pablo Aguado que solo tenía una tarde, con dos figuras, en la que no falló.

Sevilla llevaba buscando un torero desde que Curro Romero dijo adiós en La Algaba un mes de octubre de hace 19 años. En la terna tenía tres candidatos. Y allí estaba Pablo Aguado en el centro del ruedo, saludando la ovación con una mata de romero, después de pasear las dos orejas de la mejor faena de la feria ante un gran Jandilla.

El sevillano no quería ser el convidado de piedra así que no se cortó al hacerle el quite a Roca Rey que se picó replicando por Chicuelo. Sabía que no se le podía escapar el triunfo. Era ahora o nunca . Sensacional, espectacular, exquisito, emocionante, con personalidad, el temple y la elegancia de Sevilla, fueron algunos de los calificativos que le dedicaron en el tendido alto del 7 pero el veredicto de la plaza era unánime. El presidente José Luque Teruel sacó, por primera vez, los dos pañuelos al mismo tiempo.

El sexto fue la locura . Verónicas templadas que hicieron sonar la música y que Morante desempolvara el galleo del bú. Replicó Aguado . Saludó un magnífico Iván García que escuchó la música con las banderillas. Al público fue la faena que inspiró a «Suspiros de España». Se paró el jandilla pero un torero inmenso hizo el toreo.

Roca Rey tuvo claro desde el primer segundo que no se le iba a escapar así que se fue a portagayola y formó un lio de rodillas que hizo tocar a Tejera. De rodillas empezó la faena después de brindar al torero Rafael Serna y sonó el pasodoble dedicado a su padre. Todo parecía seguir el guión para lograr el triunfo soñado y con voltereta incluida cortó la primera oreja. Le quedaba el quinto y se empleó con él pero en la plaza seguía el recuerdo de lo que había hecho Pablo Aguado.

«Y si fuera hoy...» había escrito en su cuenta de Twitter Ignacio Sánchez Mejías en referencia a un Morante de la Puebla al que siempre se le espera. Ignacio sabía que en cualquier momento podía ser. Pero no fue en el primero porque el cigarrero no tiene suerte con los lotes y aunque dispuesto, como toda su feria, se le atravesó el descabello. Tras el triunfo del joven Aguado, el genio de La Puebla sorprendió al ponerse de rodillas y cortó una oreja después de tirarse a matar

La tarde era una fiesta gracias también al buen juego de los jandillas. Había mucho en juego, nada más y nada menos que el trono de Sevilla . Y ya es de Pablo Aguado.

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